CONFLICTO COMERCIAL ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHINA SE INTENSIFICAN


Rogelio Antonio Careaga, Ph.D. por Stanford University.
Un artículo de ABC de fecha  20 de junio, del corriente año, 2021, nos informa que Estados Unidos ha adoptado medidas que restringen aún más las compras de empresas chinas de equipos de comunicación de última generación o G5. En la lista de compañías, como Huawei y la ZTE, que ya no podían acceder al mercado americano, fueron incluidas tres más, Hytera Communications Corp., Hangzhou Hikvision Digital Technology Co. Zhejiang Dahua Technology Co..  

¿A qué se debe esta decisión de la agencia responsable de regular las comunicaciones, conocidas como la Federal Communications Commission(FCC), de ampliar la lista de compañías chinas  que ya no podrán vender sus equipos en Estados Unidos? Existe una pequeña probabilidad que se trate simplemente de limitar la competencia entre empresas americanas y chinas. Sin embargo, es mucho más probable que responda a otras causas que van más allá de favorecer a las empresas americanas en la competencia por mantener el liderazgo en el desarrollo y comercialización de nuevas tecnologías. 

El problema de fondo es que China es un país comunista que a todos luces no se encamina hacia un sistema democrático cómo los países democráticos esperaban al abrir sus mercados a los productos chinos.  Al contrario, se ha vuelto cada vez más autoritario y represivo. La esperanza de que el progreso económico conduciría a la liberalización del mercado y del sistema político, indujo a los países miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC)  a permitir el ingreso de China a dicha organización. 

Su membresía en la OMC hizo posible la considerable expansión de su comercio y de su capacidad para atraer inversiones extranjeras. Cabe resaltar que el progreso económico y el avance tecnológico de China se debe a las grandes inversiones directas y a la transferencia de tecnología de empresas americanas, europeas  y de otros países capitalistas. 

Actualmente, son muchos los países que se quejan de que China viola las reglas de la OMC y de que obtiene ventajas a costa de otros miembros. Dichas quejas no hacen mella en las prácticas de China. En efecto, Estados Unidos le acusa de robar tecnología y de realizar espionaje, no solo de tipo industrial sino también de tipo relacionado a la seguridad nacional.

El problema que tiene Estados Unidos con las compañías chinas es que están muy ligadas al gobierno y a la fuerzas armadas de dicho país. A diferencia de compañías de otros países democráticos, las de China no pueden negarse a hacer lo que les pide el gobierno. Y el uso de tecnología china puede permitir la recaudación de información de importancia para la seguridad nacional americana. Estados Unidos considera que el problema va más allá del ámbito nacional y ha tratado de persuadir a la Unión Europea y al Reino Unido para que no adopten la tecnología china G5. 

La razón es que los equipos sirven para recaudar información de los usuarios, entre los cuales se encuentran las agencias del gobierno y los servicios de inteligencia. Como existe mucho intercambio de información secreta entre los gobiernos de los países aliados de Estados Unidos, el uso de equipos chinos podría comprometer la seguridad no solo de Estados Unidos sino la de los demás países. 

Lo antedicho respecto de la restricción de empresas chinas, sin embargo, debe ubicarse en un contexto más amplio. Estados Unidos considera a China como país adversario, con ambición de convertirse en potencia económica y militar, capaz de desafiar la posición mundial de Estados Unidos. La percepción como adversario se debe principalmente a su sistema de gobierno comunista y a que está tratando de establecer su hegemonía en la vasta región del Mar del Sur de China.

Como consecuencia, están surgiendo conflictos de amplio alcance internacional. Por ejemplo, un motivo de conflicto es la construcción de una isla artificial en el Mar del Sur de China, donde estableció una base naval con intención de ejercer control de las rutas de navegación en esa zona.

Eso ha dado lugar a maniobras hostiles entre la marina china y americana y peligrosos roces de sus buques de guerra. Estados Unidos no acepta la pretensión china de soberanía y dominio sobre las islas y esa zona del mar. Cabe destacar que dicho conflicto no es solo con Estados Unidos,  sino con los demás países de la zona y de la comunidad internacional, que defienden la libre navegación. 

Asimismo, China se muestra cada vez más agresiva hacia Taiwán y hacia Hong Kong, donde ha eliminado muchas libertades, en violación de su acuerdo con Inglaterra. De hecho, el surgimiento de China como una gran potencia económica y militar, su penetración económica en países de África y América Latina, así como la proyección de su poder militar, representan  un desafío no solo a los Estados Unidos, sino también a los países miembros de la Unión Europea y de la OTAN.

Tanto es así que, en la  reunión de la semana pasada de los países miembros de la OTAN, China fue un tema de la agenda, así como también el papel de la tecnología  en la defensa nacional y común de los países miembros, conforme lo establece artículo 5to. del Tratado de ldicha organización .

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