Por Rogelio A. Careaga, Ph.D. por la Universidad de Stanford.
Divide et impera ha sido la estrategia utilizada desde antaño por las potencias europeas para debilitar las alianzas entre países y la unidad de los ciudadanos de una nación. Dicha práctica sigue vigente en la actualidad. En efecto, crear división es el modus operandi de Rusia para debilitar y dividir a la Unión Europea (UE) y a los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Después de la disolución de la Unión Soviética, algunos países europeos se incorporaron a dicha organización. Para Rusia, la expansión de la OTAN es una amenaza a su seguridad. Pero para los nuevos países miembros su incorporación representa una seguridad contra la ambición expansionista de Rusia. Pues, el artículo 5to. de seguridad colectiva del Tratado establece que el ataque a cualquier país miembro es considerado como ataque a todos ellos. Por ejemplo, es razonable suponer que si Ucrania hubiese sido miembro de la OTAN, Rusia no se hubiese aventurado a violar su integridad territorial, a anexar la península de Crimea y a lanzar ataques contra la parte este del territorio de dicho país.
Como Estados Unidos, debido a su poder económico y militar, es el país clave de la OTAN. El triunfo de Trump en las elecciones del año 2016, fue favorable a los designios de Putin, que parece haber cultivado una extraña relación con Donald Trump, antes de que éste llegará a ser presidente. Trump había creado un clima de tensión entre Estados Unidos y los principales países miembros de la OTAN y llegó a cuestionar si los grandes países estarían dispuestos a ir a la guerra en defensa de un pequeño país miembro. Al sembrar discordia y cuestionar un artículo clave del Tratado, Trump actuaba como instrumento al servicio de la política exterior de Rusia.
En cuanto a la Unión Europea, esta organización ha quedado debilitada con el retiro del Reino Unido. No sabemos si hubo o no hubo injerencia de Rusia en la campaña a favor del Brexit, aunque no sería sorprendente que haya habido algún tipo de apoyo a quienes impulsaban dicha separación. Resulta llamativo, por ejemplo, que el líder británico del Brexit-Party, Nigel Farage, haya viajado a los Estados Unidos a para apoyar a Trump en su campaña para ser reelecto. Es importante resaltar que Putin dio apoyo a Trump tanto en la campaña del 2016 como en la del 2020. Es igualmente llamativo que, según una publicación en un prestigioso diario de Estados Unidos, el FBI lo tenía a Farage en su mira.