Por Rogelio Antonio Careaga, PHD, Universidad de Stanford, Ca
En la sección Opinión y Análisis de ABC, de unos días atrás, un ex ministro colombiano del gobierno del ex Presidente Uribe, cuyo nombre no recuerdo, publicó un artículo con el titulo «La Democracia en Latino América». Lo notable es que el contenido nada tiene que ver con el título.
Después de mencionar los títulos de las grandes obras de la literatura universal, el autor cita el libro de Alexis de Tocqueville, «Democracy in América». Este le sirve de enlace para para proceder a describir lo que, a mi criterio, es una caricatura de la democracia de los Estados Unidos. Señala el papel del dinero, de las cadenas de televisión y radio, y de la prensa en la derrota de Trump en las elecciones del 3 de noviembre del corriente año.
Nos habla de los vicios del sistema de votación. Pero los vicios que atribuye al sistema, son en realidad los fomentados por el Sr. Trump. El autor tiene razón en que se permitió la votación por correo. Pero eso se debe a la pandemia, pues era evidente que había que encontrar la forma de votar sin poner en riesgo la salud de las personas, especialmente de aquellas más vulnerables por la edad o condiciones subyacentes de salud. Además, el voto por correo no es cosa nueva. Desde hace mucho tiempo es práctica normal que los ciudadanos civiles y militares norteamericanos que residen en el exterior voten por correo.
El Sr.Trump, ha tratado de hacer creer a su seguidores que hubo fraude y que a eso se debe su derrota. Pero no ha podido aportar pruebas. Todos los intentos de Trump y de su abogado, Rudi Giuliani, ex alcalde de Nueva York, de demostrar judicialmente que hubo fraude, fueron rechazados por falta de evidencia, por nada menos que veinte juzgados. Un juez justificó su rechazo al intento del abogado de Trump de impedir la certificación del resultado de la votación de un distrito en las siguientes breves palabras: «Las meras afirmaciones no son evidencias».
En lo que respecta a que la democracia ha muerta en los Estados Unidos, esta conclusión es contraria a la realidad. Pues, a pesar de todos los esfuerzos del Presidente Trump para permanecer en el poder, va a tener que aceptar su derrota y ceder el mando del Ejecutivo al Sr. Joe Biden el próximo veinte de enero. Igualmente, los diputados y senadores que no lograron ser reelectos, cederán sus puestos a los ganadores antes del veinte de enero.
Lo que ha quedado bien en claro es que la democracia ha funcianado y las instituciones y los jueces, muchos de ellos republicanos nombrados por Trump, han frenado y puesto fin al intento de Trump de subvertir el régimen y proceso democrático de los Estados Unidos. No obstante, Trump uliza sus mentiras para recaudar donaciones de los seguidores que todavía le creen.