BOQUERÓN: EL QUE PEGA PRIMERO PEGA DOS VECES


Por Osvaldo Bergonzi

La toma de la Laguna Pitiantuta en julio de 1932, descubierta por el ruso blanco, ex General del Zar, Belaiev, en 1926, marca el inicio de la confrontación con Bolivia por el Chaco. Nosotros teníamos un fallo del presidente de los Estados Unidos Routherford Hayes (1878) que nos otorgaba dominio hasta el río Verde y dejaba abierto el camino para un arreglo con Bolivia por el resto.

Por eso los bolivianos querían llegar hasta ahí para establecer las condiciones de paz y límites en tales condiciones. Pero nuestros títulos, bien probados, por Blas Garay, Fulgencio R. Moreno, Manuel Domínguez y Alejandro Audibert, iban mucho más allá, hasta alcanzar la cordillera de los Chiriguanos y el río Parapití.

La respuesta boliviana no se hizo esperar con la toma del Fortín Paraguayo Boquerón rotulado con así en homenaje a la terrible y fantástica batalla del Boquerón del Sauce librada entre el 16 y 18 de julio de 1866 contra la Triple Alianza, una de las más brillantes victorias de Paraguay durante la epopeya. Allí cayeron 5.000 aliados, entre ellos el famoso español Palleja, coronel comandante del regimiento FLorida, al servicio del Uruguay.

20 días de asedio y numerosos muertos entre jefes, oficiales, cadetes, clases y soldados le costó al Paraguay volver hacer flamear la tricolor en lo alto de la plazoleta del Fortín Boquerón el 29 de septiembre de 1932.

Entre ellos los cadetes Pando, Otazú y Sisa, los más recordados hasta hoy. Este último de tan solo 16 años, para enrolarse, debió obligar a firmar la autorización a sus padres. El entonces comandante del regimiento Boquerón y Director de la Escuela Militar, Mayor Arturo Bray, así lo exigía a los cadetes menores de 18 años.

La última comunicación del Cadete Sisa, ya comandante de un pelotón, dirigida a su jefe de batallón, capitán Mushuito Villasboa decía –Mi capitán Villasboa, ordené el ataque a la ametralladora pesada boliviana, viva el Paraguay, vencer o morir, 26 de septiembre de 1932. Más tarde se encontró su joven cadáver a tan solo metros de un nido de ametralladora que tantas vidas paraguayas había segado.

Con tal calidad de combatientes el Paraguay cumplió en la batalla de Boquerón, la primera del Chaco, el conocido aforismo que reza: EL QUE PEGA PRIMERO PEGA DOS VECES. !LOOR Y GLORIA A LOS CAIDOS EN BOQUERÓN!

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