Por Dr. Andrés Humberto Zaracho
1.- Breve biografía
El Dr. Juan León Mallorquín, fue uno de los caudillos que más intensamente marcó el pensamiento ideológico y la doctrina del Partido Colorado en el siglo XX. Este docto dirigente republicano nació el 11 de abril de 1880 en el barrio Itacuá de Encarnación, dentro del hogar formado por don Juan Ángel Mallorquín (sobreviviente de la batalla de Acosta Ñú) y doña Juana María Martínez. Fueron sus hermanos Juan Regis, Abraham, Florencio, Emigdio e Hilario (muerto en la guerra del Chaco), y dos hermanas Sixta y Genoveva. Tuvo varios hijos de su matrimonio con Rafaela Volpe: Aníbal, César, Carlos Augusto, Mario Leónidas, María Ada, Rubén y Numa Alcides. Además de Basilio, nacido de su vida de soltero.
Sus primeros estudios lo inició en su ciudad natal; su nombre figura como “alumno distinguido” en el Colegio Nacional de Encarnación. En 1899 se traslada a Asunción para proseguir sus estudios secundarios en el Colegio Nacional, alcanzando el título de Bachiller graduado N° 205, el 29 de noviembre de 1902 a la edad de 22 años. En 1903 ganó por concurso la cátedra de Geografía en el Colegio Nacional.
Al año siguiente ingresa en la Facultad de Derecho, y en 1909 obtiene el título de Abogado. En setiembre de 1907 fue nombrado Secretario de la Comisión redactora de la exposición de los derechos del Paraguay en el litigio con Bolivia. Mientras seguía en la docencia, comenzó su carrera judicial. En diciembre de 1910 defiende su tesis sobre “Acciones reivindicatorias, confesoria y negatoria” que es aprobado por unanimidad de los miembros del Tribunal Examinador, optando por el título de Doctor en Derecho. Desde el 23 de julio de 1908 fue Juez de Primera Instancia en lo Civil, y en 1911 miembro de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial y Criminal. En 1917 renunció al Poder Judicial por haber sido electo Diputado por Encarnación con mandato de cuatro años, volviendo a ser reelecto en 1921. Su primera acción parlamentaria sería la reforma de la Ley Electoral vigente, que en 1926 lo introdujo en el programa del Partido Colorado.
2. Obras jurídicas y políticas
En 1907 escribió “Los límites del Paraguay. Límites con el Río de la Plata”. Fue su primer trabajo de investigación donde con firmeza determinó la defensa de los derechos del Paraguay en el Chaco Boreal.
En el campo doctrinario, en 1919 publicó “Moral Política”, que condensa su ideario político contenido en la conferencia dictada en la Convención partidaria del 25 de noviembre de 1918, dirigida a la juventud republicana. En la misma sustentó su trascendental lema político que versaba sobre la idea que “La democracia es el gobierno del pueblo por medio de los mejores”.
Es de su autoría “El avance boliviano y la conducta culpable de nuestra cancillería”, publicada por el periódico Patria en marzo de 1926. Hay que recordar que alguna de sus obras lo publicó bajo el seudónimo de “Yaguareté”.
En junio de 1945 hizo público en la revista Cultura el “Pronunciamiento del Partido Colorado ante el triunfo de las democracias”, discurso que lo pronunció el 23 de setiembre de ese año en el aniversario de la ANR.
3.- Su vida política
En su primera incursión política, con su hermano Juan Regis se unió en 1906 a la Liga de la Juventud Independiente, grupo juvenil de carácter doctrinario también conocido por Partido Constitucional. Contó con la incorporación mayoritaria de jóvenes liberales como Modesto y José P. Guggiari, Gómez Freire Estévez y Eligio Ayala, pero también con otros que posteriormente se llamarán “tiempistas” como Luis A. Argaña. Tenían el propósito de defender la Constitución y de propender a la reforma de la ley electoral. Luego del derrocamiento del presidente liberal-cívico Benigno Ferreira, en 1908, los miembros de la Liga deciden disolverla, incorporándose algunos al Partido Liberal Radical y otros al Partido Nacional Republicano, entre éstos Juan León Mallorquín y su hermano Juan Regis. Su afiliación está registrada en el Libro Rojo de la ANR bajo el N° 361.
En 1920 se incorpora al Directorio del diario republicano “Patria”. Influido por el socialismo derivado del humanismo francés, junto con Ignacio A. Pane definió un rumbo ideológico que apartó definitivamente al coloradismo de algunos indicios que lo acercaban en sus primeros tiempos al liberalismo clásico.
La Convención de 1921 elige presidente del Partido al Dr. Pedro P. Peña, y a los Dres. Juan L. Mallorquín y Telémaco Silvera como como vicepresidentes 1° y 2°, respectivamente. En febrero de 1928 el Partido se divide en dos vertientes: el Partido Nacional Republicano Abstencionista y el Partido Nacional Eleccionista. Tanto Peña como Mallorquín optan por la primera. El año siguiente fue confinado a “Isla Margarita” juntamente con otros dirigentes partidarios, y desde allí pasaron a Formosa donde permanecieron desterrados más de un año. La división entre los republicanos duró hasta el 23 de febrero de 1936, día en que los dirigentes de ambas corrientes firman el Acta de Unificación. Mallorquín es nombrado presidente de la Comisión Unificada.
Por Decreto de fecha 30 de diciembre de 1937 el gobierno liberal del Dr. Paiva convocó a la ciudadanía a elecciones el 22 de mayo de 1938, para la elección de miembros del Poder Legislativo y Miembros de las Juntas Electorales. La Comisión Unificada convocó, a su vez, a una Convención partidaria que se reunió el 2 de marzo de 1938, que fue atracada por agentes policiales con el propósito de detener a varios convencionales. Ante la brutalidad policial el Dr. Mallorquín declaró un cuarto intermedio y se constituyó ante el presidente de la república Dr. Félix Paiva a solicitarle las garantías para que la Convención pueda continuar con normalidad. De inmediato Paiva ordenó al Ministro del Interior coronel Ramón Paredes a que proceda a resguardar el orden y garantizar la continuidad del acto político. La Policía se encontraba bajo la jefatura del mayor Arturo Bray y se desempeñaba como Jefe de Investigaciones el capitán Hermes Saguier. En sus Memorias (Tomo III) éste arbitrario militar al comentar sobre la reunión atracada expresó: “La Convención clausuró sus deliberaciones el 5 del citado mes de marzo dentro del mayor orden; no se produjeron dentro o fuera del recinto incidentes que obligaran a una intervención policial” (?).
Al reiniciarse las deliberaciones se aprobó la reforma de los Estatutos; paralelamente, se votó la elección de la primera Junta de Gobierno por el período 1938-1940, que fue presidida por el Dr. Mallorquín. En la ocasión se produjo un interesante debate ideológico. Al analizar el proyectado Programa Ideológico presentado por la Comisión Unificada el Dr. Juan Ramón Chávez, resaltó que: “…La democracia debe ser socializante…Muchos se asustan del término socializante, y hay quienes en su ingenuidad creen que se trata de implantar los principios sociales de Marx. Nada de eso…Por medio de la función social se trata de matar el egoísmo del individuo considerado como motor de su sociedad. En ese sentido el Programa Ideológico establece: Asegurar a todo trabajador un hogar y las condiciones necesarias de una existencia digna. Subordinación de la propiedad privada al interés común. Intervención del Estado en todas las empresas que explotan servicios de utilidad pública. Ofrecer garantías y seguridad al capital y las grandes empresas industriales y comerciales para su libre desenvolvimiento en el campo de las actividades lícitas, evitando la concesión de privilegios que puedan ser perjudiciales a los intereses permanentes de la Nación”.
La persecución que sufrían los dirigentes del Partido Nacional Republicano a manos del régimen del Dr. Félix Paiva suscitó la reacción del Dr. Mallorquín. En su nota del 29 de abril de 1938 dirigida al Ministro del Interior coronel Ramón Paredes, denunciaba los abusos y arbitrariedades cometidos por el Jefe de Policía coronel Arturo Bray, quien “aprovecha las oportunidades que se le presentan para traducir su inmenso odio al coloradismo…”. Esto impedía que el Partido “hasta hoy no ha podido organizarse con la necesaria libertad en la jurisdicción de la capital a causa de las dificultades opuestas por la Policía…Para el funcionamiento de las Comisiones Seccionales la Policía de la Capital exige previo permiso y hasta, como en San Antonio, el Comisario debe asistir a las reuniones, exigiéndose renovación del permiso mensual…Recordamos el apresamiento y deportación de varios miembros de la Comisión Directiva partidaria en el mes de noviembre de 1937; y apresamientos en masa de caudillos colorados de los pueblos vecinos…El señor Natalicio González, para quien V.E. se sirvió prometer garantías efectivas para retornar al país y participar de la Convención partidaria del 2 de marzo pasado, apenas traspuso la frontera argentina fue apresado por la Policía de la Capital, y llegado aquí, inmediatamente deportado a Clorinda. Del seno de la Convención, el doctor Guillermo Enciso Velloso fue conducido preso a la Policía. Igual medida se pretendió tomar contra los convencionales señores Arturo Ramírez Torres y Carmelo Maldonado Sánchez, quienes lo evitaron abandonado con precaución el local”. El 23 de julio de 1938, la policía procedió a clausurar el citado periódico del Partido, y el Dr. Enciso Velloso, que ejercía la dirección, el 5 de setiembre de 1939 recibió la orden de abandonar el país.
La Convención partidaria fijada para el año 1940 no se pudo realizar por la permanente inestabilidad política del país y el hostigamiento permanente del régimen liberal en el poder. Cabe recordar que el 18 de febrero de ese año, mediante el Decreto N° 1 dictado por el propio presidente Estigarribia, éste se proclamó dictador asumiendo la plenitud de los poderes de la República. El 27 de julio el Dr. Mallorquín lanzó un manifiesto condenando el golpe de estado impuesto por el autoritarismo. Poco después fue nuevamente desterrado a la Argentina, regresando en 1942.
En 1946, Mallorquín fundó en su propia casa, el Centro Colorado Blas Garay. Era presidente del Partido cuando los colorados retornaron al poder, para lo cual luchó con las ideas y con la acción.
Accedió a la presidencia del Partido Colorado tras la reunificación partidaria en la convención del 12 de noviembre de 1937. El 14 de febrero de 1947 fue nombrado presidente de la Corte Suprema de Justicia, no sin antes renunciar a la presidencia del Partido. La Junta de Gobierno eligió al Dr. J. Eulogio Estigarribia como su nuevo presidente.
Mientras se encontraba en un Banco de plaza para efectuar el pago de una cuota del préstamo que había gestionado con la garantía hipotecaria de su casa particular, para la adquisición de la imprenta del Partido, le sorprendió la muerte el 17 de junio de 1947, víctima de un paro cardíaco fulminante. Tenía en aquel entonces 67 años. Dirigente querido y respetado por sus correligionarios y adversarios políticos, por su integridad moral y vocación de justicia. Desde un primer momento de su vida destacó su firmeza de carácter. Luchó abnegada y estoicamente por la vigencia de sus convicciones políticas y morales. Electo en 1917, miembro de la Cámara de Diputados representando al coloradismo, su primera acción parlamentaria sería la reforma a la Ley Electoral vigente. La propuesta para una corregida Ley Electoral se publicó en las minutas parlamentarias bajo el título de “Voto Secreto: No a la Farsa del 4 de Marzo”, en el diario Patria a partir del 20 de Julio de 1917. Posteriormente en 1926 introdujo dentro del programa de la ANR.
4. Su pensamiento político
Dos factores fundamentales son los referentes para describir su ideario político: uno es la conferencia “Moral Política”, dedicada a la juventud republicana pronunciada en la Convención del 25 de noviembre de 1918 donde sentó su doctrina de que “La Democracia es el gobierno del pueblo a través de los mejores”. El otro es el “Pronunciamiento del Partido Colorado ante el triunfo de las democracias”, leída el 23 de noviembre de 1945.
En el primero señala su concepto de lo que debe de ser un partido político en función de un programa de gobierno. En su opinión el gobierno de un partido guarda íntima relación con el gobierno de un país. Esto significa que la misión de las instituciones doctrinarias es la de prepararse para gobernar, no sólo por la categoría de sus propósitos sino por la conducta y el ejemplo de sus dirigentes. Reconoce que no es nada fácil gobernar a un partido como a un país, y se remite a la idea de afirmar la preeminencia de “los mejores” en la conducción del Estado, ya que la democracia moderna requiere se enseñe al pueblo a elegirlos.
Casi al final de su vida vuelve a reafirmar su profesión de fe democrática en su discurso del 23 de setiembre de 1945, en ocasión de celebrarse el 58° aniversario de la fundación del Partido Nacional Republicano. En la oportunidad el ilustrado pensador y doctrinario republicano se refiere al “Pronunciamiento del Partido Colorado ante el triunfo de las democracias” en la reciente II Guerra Mundial; evoca al Centauro de Ybycuí como Patriarca de la democracia y del verdadero nacionalismo paraguayo, muy diferente a los que sostenían las ideas totalitarias que habían contribuido a asolar y destruir en Europa comunidades enteras. Formula fuertes críticas contra el Decreto N° 152 del 10 de marzo de 1936 dictado por el gobierno de Rafael Franco, que fue el primero en América en instaurar un régimen totalitario. “Continuaremos en la llanura, y hemos de preferir siempre la llanura al mejor contubernio, si es que esto vulnera los principios que rigen nuestra política”. Como objetivos para el Partido en el futuro plantea varios puntos: la fuente de la soberanía popular reside en el pueblo, por ello el republicanismo proclama la superioridad de las fuerzas morales y los valores espirituales, el repudio de la dictadura y de todo régimen de violencia.
5.- La cuestión agraria
El aspecto agrario fue uno de los desvelos de Juan León Mallorquín. El 28 de noviembre de 1919, siendo ya Diputado, presentó al Congreso un pedido para que en la brevedad se inicie demanda de reivindicación y nulidad sobre las tierras usurpadas por Domingo Barthe (un terrateniente que poseía 260 leguas de montes y yerbales en Alto Paraná e Itapúa), con la acusación de que las mismas pertenecían legítimamente al Estado Paraguayo, y que fueron usurpadas por Barthe ante la negligencia o complicidad de algunas autoridades del momento. Este caso se convirtió en una piedra angular en la historia judicial del país originando prolongados debates. La denuncia de Mallorquín resultó en un interminable juicio del Estado contra Domingo Barthe y sus sucesores, que no concluyó sino después de la muerte de aquel. El defensor del mensú paraguayo –como también se lo denominaba- ya no vio el triunfo de la causa por la que tanto luchó, pues recién en 1956 (37 años después de iniciado el proceso) la Corte Suprema de Justicia sentenció la nulidad de los títulos de Domingo Barthe y el retorno de las tierras al Estado.
En un escenario general, su lucha por la cuestión agraria se sustentaba en tres pensamientos primordiales: a) combatir los latifundios improductivos, b) repatriar a los compatriotas que habían emigrado por causas económicas y políticas desde el inicio de la era liberal, y c) fomentar la pequeña propiedad agraria. Fue, sin duda alguna, un revolucionario precursor de la reforma agraria.
El Dr. Juan León Mallorquín fue un maestro de juventudes e intelectual de renombre, parlamentario de honda preocupación por los problemas sociales; impulsó con dedicación y perseverancia la reivindicación a favor del Estado, de extensos bosques y yerbales poseídos en forma ilegal por oportunistas extranjeros confabulados con políticos criollos. Una larga arteria que nace en la calle Colón hacia el río Paraguay (B° Carlos Antonio López) lleva su nombre. La antigua comunidad de Kaarendy ubicada en el Alto Paraná lleva su nombre desde 1967 (Ley N° 20/68).
Con su fallecimiento el Paraguay todo, y la ANR en especial, perdieron a uno de sus más ilustres maestros y pensadores políticos del siglo XX. Sus restos mortales fueron velados en el Palacio de Gobierno y despedidos con los máximos honores oficiales. Natalicio González, uno de sus discípulos y, como él, correligionario de extraordinario nivel intelectual y cultural le dedicó estas palabras: “Juan León Mallorquín pertenecía a la estirpe de los varones in vencibles que no ceden a la imposición de la fuerza, que lo mismo gritan su verdad desde las mazmorras, entre ruidos de grillos, que bajo el tronante aplauso de las muchedumbres que descubren en ellos al guía o al redentor”.
Muchas gracias.
Asunción, 5 de setiembre de 2019
Bibliografía:
1. JUAN LEON MALLORQUIN. “Moral Política. Otros escritos”, Edit. Cuadernos Republicanos, 1993, Asunción.
2. RICARDO ALMEIDA ROJAS. “Guía de la Asociación Nacional Republicana”, Editorial El Arte, Asunción, 1951.
3. Revista Especial del Diario Última Hora. Páginas 153-154.
4. RAUL AMARAL. “Juan León Mallorquín, en Diario Hoy, 22 de junio 1986. Asunción.
5. ANIBAL RAUL CASAL. “Defensor del Chaco y los yerbales”, Edit. Urundey, 1990.
6. YAMIL ESGAIB MANSIA. “Origen y formación de las bases republicanas”, Asunción 2012.
7. LUIS G. BENITEZ. “Breve historia de grandes hombres”, Asunción, 1996.
8. ALFREDO SEIFERHELD. “Conversaciones Político-Militares”, Vol. I, Edit. El Lector, 1984, Asunción.
9. OSVALDO KALLSEN. “Asunción y sus calles”, 1ª. Edición, Asunción, 1974.
10. NATALICIO GONZALEZ. “Ensayistas e historiadores paraguayos”, Rev. Guarania, marzo-abril de 1948.
11. ARSENIO BASUALDO. “Forjadores de la Democracia”, Tomo I, Editorial Clásicos Colorados, 1984, Asunción.
12. ARTURO BRAY. “Armas y Letras. Memorias”, Tomo III, Ediciones NAPA, 1981, Asunción.
13. SATURNINO FERREIRA PEREZ. “Proceso Político del Paraguay”, Volumen I, Edit. El Lector, 1985, Asunción.
14. WASHINGTON ASHWELL. “Concepción 1947”, Imprenta EDIPAR, 1998, Asunción.
Conferencia dictada por el autor el 5 de Setiembre de 2019 en el Instituto Nacional de Acción Republicana (INARE) en la semana de homenaje al Dr. Juan León Mallorquín.