Por Cándido Silva
Y la ANR nuevamente apeló a la unidad de sus fuerzas para repeler la inminente entrega del poder constitucional a los liberales. Rescatados Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez de la amenaza de Juicio Político y la consecuente destitución de los respectivos cargos, se asegura, al menos momentáneamente, que el binomio colorado se mantenga al frente de la república. Hasta cuándo, es la pregunta que circula por los distintos ámbitos de la sociedad local.
Acusados de felonía, de alta traición a la patria, el presidente y el vice soportaron un tremendo vendaval que a punto estuvo de expulsarlos deshonrosamente del gobierno, sino fuera por la diestra salvadora de Horacio Cartes, cuya conducta habitualmente se halla supeditada a sus volubles emotividades , según comentan ex allegados de la época dorada de las prebendas.
El inefable HC una tarde/noche resuelve acompañar la remoción de las cabezas del Ejecutivo, para después de algunas horas, a la mañana siguiente, anular intempestivamente su decisión original, instruyendo a los diputados y senadores de su movimiento a malograr la tentativa de decapitar el gobierno central.
A nadie bien informado escapa que Abdo y Cartes sostienen una frágil relación ornada por constantes intercambios de críticas, censuras y cuestionamientos entre ellos mismos y sus entornos inmediatos. Entonces, cuál es la razón, o las razones, por la que Honor Colorado dispone una alianza de salvamento con Colorado Añeteté.
En principio, se argumenta que es intolerable e inadmisible para el coloradismo que un liberal, el senador Blas Llano, titular circunstancial del Congreso, asuma la Jefatura de Estado y complete el periodo constitucional, que fenece en el 2023, no habiendo sido electo por voluntad popular ratificada en las urnas. Contundente dialéctica, difícil de rebatir, pues el objetivo mayor de las asociaciones partidarias es ganar y conservar las riendas del poder, a despecho de los agrios disensos domésticos.
Empero, un somero análisis de la realidad habilita a considerar que la salvaguarda provisional de la administración de Abdo contiene una serie de condiciones y exigencias no reveladas al común de la gente. La experiencia enseña que en eventos de esta índole los “salvadores” plantean requerimientos por lo general pretenciosos en demasía, respaldados por su inmejorable posición de sostén y amparo del gobierno, actual rol de HC.
Pese a que lo niegan enfáticamente los dirigentes del Cartesismo, lo cierto es que en la interacción humana nada es gratuito, todo tiene un costo, sea en metálico u otra forma de pago o compensación. Quid pro quo: Dar algo a cambio de algo, es la consigna enraizada en el individuo pensante, que prácticamente nunca auxilia o asiste al semejante con absoluta filantropía, despojado de segundas intenciones.
Y en política, especialmente, los favores jamás son desinteresados. Hay que retribuirlos, y de ser factible, con réditos. Por tanto, la continuidad de Abdo en la máxima dignidad oficial tendrá un precio a costearse, so pena de aplicarse el atroz castigo de reimpulsar el Juicio Político, de catastrófico desenlace para el oficialismo.
La presencia de referentes importantes del Cartesismo en dependencias públicas; cupos entre los proveedores del Estado; adjudicaciones diversas; desistimientos de candidaturas partidarias y municipales, y cesación de los discursos descalificadores, son los ítems que conforman el lote de pedidos garantizados y a ser proveídos por los “beneficiarios del servicio político”.
En resumidas cuentas, el Abdismo se ve en la encrucijada de pactar permanentemente con su adversario interno, hoy aliado ocasional, en los próximos cuatro años, caso contrario, se expondrá a la sanción de marras, aunque conforme a murmuraciones fiables, antes de deponer a “Marito” se prevendrán, los colorados, de ubicar a un correligionario como presidente del Congreso. ¡Maravillosa maquinación!, dirigida a estabilizarse en el mando político del país.-
08/agosto/2019
2 Responses to QUID PRO QUO
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Rogelio Careaga dice:
agosto 9, 2019 de 6:52 pm (Editar)
El señor Cándido Silva nos ofrece un excelente análisis de una coyuntura de la cual es difícil salir. Pero, ¿por qué no se le podría hacer juicio político al vicepresidente y dejarle a Marito como presidente? La perspectiva de que Llanos sea presidente es aterradora, pues estuvo dispuesto a apoyar la violación de la Constitución Nacional. Creo que si no se le hace juicio político al vicepresidente, el pueblo debería presionar para que presente su renuncia. Este señor parece haber sido el protagonísta de la confabulación que terminó con la firma del Acta de Entendimiento. Si el canciller, el emajador, y los otros personajes involucrados presentaron sus renuncias, ¿por qué no, también, el vicepresidente? Lo importante para el país y, a la larga, para la ANR es que lo que el pueblo considera traición a la patria, no quede impune. La impunidad debilita la fé en la democracia. En efecto, el actuar de nuestros partidos políticos y de nuestros gobiernos civiles no han contribuído a fortalecerla. Al contrario, han venido desilusionando a la ciudadanía y preparando el camino para la vuelta de gobiernos militares. Si no fuera por el contexto internacional, me atrevo a decir que ya tendríamos un gobierno militar, pués lo ocurrido representa la mejor excusa para que los militares tomen el poder aduciendo que el gobierno civil ha incurrido en el más grave delito, el de traición a la patria.
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Hipólito Martínez dice:
agosto 10, 2019 de 11:18 am (Editar)
Imposible que vuelvan los regímenes militares De facto, menos aún en Paraguay debido a que la Cláusula Democrática del Mercosur no solo dispone la expulsión de los Estados miembros con gobiernos surgidos de la sedición castrense, sino que habilita a los demás miembros a restituir el Estado de Derecho fuere a través del diálogo civilizado, la intimidación o directamente empleando la fuerza ….
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