¿SE HALLA EL MERCOSUR EN DECLIVE?


Por Rogelio A. Careaga, Ph.D. de la Universidad de Stanford.

Las siguientes reflexiones fueron motivadas por el excelente artículo del Sr. Cándido Silva sobre la tendencia actual, contraria al de la integración, que se observa en los países de la Unión Europea y en los Estados Unidos. Varios países se inclinan a buscar soluciones a los problemas de la globalización mediante el retorno al nacionalismo. Europa parece haber olvidado que el propósito principal de la integración fue el de evitar otra guerra desastrosa como la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a diferencia de la integración europea, la formación del MERCOSUR no tenía como motivo principal asegurar la paz entre los países del Sur, sino más bien obtener las ventajas económicas y comerciales de la integración.

En efecto, el MERCOSUR tuvo su origen en un acuerdo económico entre el Brasil y la Argentina. Luego fue ampliado para incluir al Uruguay y al Paraguay y, posteriormente a Bolivia como país asociado, y a Venezuela. Sin embargo, por el tamaño de sus economías, el Brasil y la Argentina han sido siempre los pilares principales sobre los que se sostiene el MERCOSUR. Pero, la visión expansionista del Brasil nunca se limitó a las fronteras del MERCOSUR. Para el Brasil el MERCOSUR era un medio para penetrar mercados mucho mayores los de la Argentina, del Paraguay y del Uruguay. Desde el momento de su creación, los gobernantes brasileños han dicho que la economía brasileña rebasa el MERCOSUR y que debe apuntar a mercados más allá del bloque. Lo cual resulta fácil comprender al observar que, a diferencia de las economías de los países miembros de la Unión Europea, la producción de los países socios del MERCOSUR no son complementarias, sino más bien similares a la del Brasil.

La similitud de los productos de los países mencionados, hace pensar que la intención principal del Brasil y la de la Argentina, al constituir el bloque, era lograr mayor capacidad de negociación con la Unión Europea y con otros bloques. En cuanto a los motivos de los socios menores, en el caso del Paraguay, la decisión de unirse al MERCOSUR la tomó el gobierno militar del General Andrés Rodríguez, sin dar muchas vueltas, y sin ningún estudio previo sobre las ventajas y desventajas económicas para nuestro país. El propósito principal era utilizar el MERCOSUR como medio para salir del aislamiento político al que fue sometido el país durante la dictadura del General Stroessner. El Uruguay seguramente lo hizo para atraer inversiones directas del exterior, ya que el acceso al mercado ampliado del MERCOSUR podría ser mucho más atractivo para las empresas, independientemente del país en que se establezcan. Cualquiera hayan sido las diferencias de motivos de los cuatro países para conformar el bloque, los socios principales tenían bien claro que para negociar desde una posición más fuerte con otros bloques era indispensable la adopción del arancel externo común y de otras medidas económicas comunes. Así pues, los países integrantes del MERCOSUR, a la hora de negociar, ya no se tendrían que enfrentar individualmente a las grandes potencias económicas sino como bloque.

En los primeros años de su existencia, el proceso de integración de los cuatro países avanzó a paso acelerado. Se modificaron y armonizaron algunas leyes y prácticas burocráticas para facilitar el tránsito de mercaderías y el movimiento de personas entre los cuatro países. Pero la integración no avanzó al punto de incluir la coordinación de las políticas fiscales ni monetarias de los países miembros. Sin embargo, aún en ausencia de coordinación de dichas políticas, el proceso de integración había seguído adelante con normalidad mientras El Brasil y la Argentina, debido a sus elevados niveles de inflación, mantenían fijo el valor de sus monedas con relación al Dólar de los Estad os Unidos. Pero cuando el Brasil devalúa su moneda y el presidente argentino, Saul Menem y su ministro de economía, Domingo Cavallo, persisten en mantener la paridad de la moneda argentina con el Dólar, comienza el deterioro de las relaciones económicas entre estos dos países. El resultado de dicha política cambiaria fue la imposibilidad de la industria argentina de competir con la industria brasileña. En efecto, el desplazamiento y ruina de la industria argentina fue casi total.

La falta de coordinación de las políticas monetarias de los socios principales demuestra la débil voluntad de dar los pasos conducentes a una estrecha integración y pone de relieve la primacía del interés nacional frente al del MERCOSUR. Así pues, no sería arriesgado postular que  ese episodio fue el punto de inflexión que marca el inicio del declive del MERCOSUR.

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