El político colorado Javier Zacarías Irún señaló que la visita de Carlos Rubén Sánchez Garcete, alias “Chicharõ”, a Mburuvichá Róga reveló problemas en el sistema de control. Trató de desligar al Presidente y dijo que no hay relación con narcopolítica. “Yo creo que hubo un error en el sentido de que los sistemas de control deben mejorar evidentemente”, comenzó diciendo el dirigente colorado. ABC Color. Nota: Llama la atención que Zacarías Irun salga en defensa del presidente a quien antes criticaba acerbamente. Nuestra política criolla es así, antes enemigos y hoy amigos y mañana vuelta al principio como ya lo afirmaba Eligio Eyala en su libro “Migraciones” (1915). Pero lo curioso es que el primer anillo del presidente, metió violín en bolsa y se llamó a silencio. Para recibir son los primeros pero para poner el hombro son los últimos. Por otra parte, se agrega a la justificación de Zacarías, la siempre recordada fiesta de mujeres organizada por la esposa de, Julio Cesar, donde se coló un hombre disfrazado de mujer. Y por eso fue repudiada por su consorte pues “la mujer del Cesar no solo debe ser honesta sino aparentar serlo”. (SUETONIO, LOS DOCE CESARES). En este caso el tal CHICHARÓ ya recibió el repudio del pueblo paraguayo, aunque vaya apodo el de este tío al decir de los ibéricos.
El colorado aseguró que “no existe ninguna mala intención de parte del Ejecutivo ni mucho menos tampoco del propio asesor del presidente”, informó la periodista de ABC Color Gabriela González Escalada. Trató de justificar la presencia del diputado suplente por el Amambay, imputado por lavado de dinero vinculado al narcotráfico, en Mburuvichá Róga diciendo que había entrado con un grupo de personas y que “lamentablemente” los controles “no funcionaron”.
“Vuelvo a decir, para aquellas personas que quieran malintencionadamente dar a entender cosas contrarias yo solamente pregunto ¿dónde está Chicharõ ahora?”, puntualizó el altoparanaense. Cuando se le preguntó sobre la versión de Basilio “Bachi” Núñez, asesor de Cartes que estuvo reunido con Sánchez Garcete, quien dijo no conocer a Chicharõ, Zacarías Irún dijo no estar al tanto de lo que ocurrió y que no había escuchado las explicaciones de Núñez por lo que se excusó de opinar.
“Justamente a Marcial Lezcano se le negó la posibilidad de que tenga la chapa de nuestro movimiento, de Honor Colorado. Se le negó y se le dio la opción que tienen todos de tener un movimiento local, departamental, para que entonces de esa manera puedan concurrir en estas elecciones”, manifestó Zacarías Irún con referencia a la presencia de la comitiva encabezada por el diputado del Amambay y en la que estaba el cuestionado Sánchez Garcete, en la casa presidencial.
“El presidente no tiene nada que ver de esto, está totalmente fuera de contexto. No tiene absolutamente nada que ver. Aquí no hay impunidad, no hay protección, no hay ningún tipo de vinculación con nada que esté mal, con nada que esté fuera de la ley, con nada que se pueda entender como narcopolítica”, finalizó.
Mas bien defender la inocua campaña electoral interna, en la cual el ejecutivo se involucró como principal operador, es lo que quizás pretende.
Es pretender y nada mas, pero la obcecada y limitada capacidad en saber capear circunstancias políticas adversas permite decir cualquier cosa, agrediendo con ello a la inteligencia de la ciudadania.
El entrenamiento que poseen los que cuidan la seguridad presidencial no puede pues ser ignorado por quien alegremente los pretende culpar.
Esa presencia, indeseable ahora, tendría indudablemente que ser autorizada por alguien que posee altos niveles de influencia, sin medir la implicancia y las consecuencias, o habiéndolo sopesado, el relacionamiento con el imputado lo obligaba.
De ahí el paralelo respecto a la mujer del Cesar.