Escribe: Eduardo Fariña
¿Qué es la Globalización?: El mundo actual se encuentra, desde hace varias décadas, en una transición radical. En virtud de la “Revolución Científico-Tecnológica” totalmente novedosa, y las fronteras abiertas de las naciones, se ha iniciado un veloz desarrollo a escala mundial. Las distancias geográficas y las transmisiones de información que causaban retrasos, han perdido gran parte de su importancia restrictiva. El aislamiento de las naciones por las dictaduras comunistas ha cedido su lugar a sistemas democráticos más abiertos. La planificación ineficiente fue reemplazada por el juego eficaz de los mercados libres. Este proceso se llama Globalización.
Al influjo de ella, los conceptos tradicionales del Estado y sus instituciones deben redefinirse y los problemas nacionales deben solucionarse en gran parte a niveles supra-nacionales. Y los trabajadores deben aprender nuevas técnicas de trabajo, modificar mejorando su organización laboral, hacer que sus sindicatos y la patronal les provean de formación continua y capacitación que hagan posible la necesidad de su redefinición y adecuación al nuevo mundo en que se desenvolverán.
Ahora, ¿cuál es el nuevo contexto?: es un universo de acción plena que está dominado por Cinco Características:
a)El fin del Comunismo o “Socialismo Real”: Esto introdujo, de golpe y porrazo, hace ya dos décadas y media, a 1.900 millones de personas en el mundo Capitalista. Rompió el poder de fijar precios del Petróleo, Aluminio, Granos, Alta Tecnología etc. y ofreció la oportunidad de contratar mano de obra educada y barata. Por otro lado, China ha irrumpido en el 1er. Mundo creciendo a un ritmo superior al 10% anual durante más de 20 años y 1.300 millones de chinos ingresaron a la economía de mercado mundial siendo ya la 2ª potencia económica y militar del mundo. Trajo también el fin de la Teoría Cepaliana y del Estatismo corporativista en América Latina y de los devaneos “cuasi-socialistas” del 3er. Mundo; se acabó la quimera de exclusiva sustitución de importaciones y tenemos el ejemplo de HONG KONG, SINGAPUR, TAIWAN y COREA DEL SUR, los “Dragones Asiáticos” que rechazaron esa estrategia y la “Teoría de la Dependencia” orientándose a la exportación llegando para 1992 a un ingreso per cápita de 20.000 dólares para Hong Kong:; 17.000 para Singapur; 11.000 para Taiwán y 9.000 para Corea; que para este momento ha aumentado muchísimo más. Y, por último, ha cambiado la Geografía Política: desapareció la URSS, Yugoslavia también quedando los Balcanes divididos, y con nuevos países en África y Asia. Es decir, las Naciones se dividieron, las Regiones se multiplicaron y se unificaron.
b) Una era basada en la capacidad intelectual del hombre: Significa la desaparición de la “Ventaja Comparativa Clásica”: La economía de comienzos de siglo era una economía de Recursos Naturales y las naciones que tenían abundancia de recursos naturales eran más ricas que las que carecían de ellos; por ejemplo, Argentina con abundantes recursos naturales era más rica que Japón que no los poseía. El Profesor de la Facultad de Administración de Empresas de Harvard, Michael Porter en su monumental obra “La Ventaja Competitiva de las Naciones” que muchos críticos consideran la mejor descripción del capitalismo desde “El Capital” de Karl Marx, divide el desarrollo económico de las naciones en cuatro etapas: la Economía impulsada por los Factores; por la Inversión; por la Innovación; y por la Riqueza (pp. 674 a 701). Examinémoslas.
Las tres primeras Fases suponen la mejora progresiva de las ventajas competitivas y normalmente van unidas a un progresivo aumento de la prosperidad económica. En la cuarta Fase se da una relativa inacción y con el paso del tiempo un declive; veamos:
1.- La economía Impulsada por los Factores: En los países que están en esta etapa inicial, prácticamente todos los sectores con éxito internacional basan su ventaja de manera casi exclusiva en los factores básicos de producción, ya sean recursos naturales, condiciones de cultivo favorables para determinados tipos de cosechas o una abundante y barata dotación de mano de obra semi-cualificada. Las empresas propias de un país con tal economía compiten exclusivamente en términos de precio en sectores que o bien exigen una reducida tecnología de proceso o de producto o bien exigen una tecnología barata y que se puede conseguir con facilidad. La tecnología se consigue principalmente en otros países y no suele desarrollarse en él. En esta Fase, la economía es sensible a los ciclos económicos mundiales y a los tipos de cambio, que inciden en la demanda y en los precios relativos. También tiene una deficiente base para el crecimiento continuado de la productividad.
La fase impulsada por los Factores ha caracterizado a todos los países en algún momento de la historia. Casi todos los países en vías de desarrollo se encuentran en esta fase y Paraguay, por supuesto, es uno de ellos; esto explica el alto desempleo, la baja remuneración de los trabajadores y el auge de la agricultura empresarial frente a la pobreza campesina. Pocos países han pasado hasta ahora de la fase impulsada por los factores. La combinación de sectores orientados al mercado interior en este tipo de economía puede ampliarse como sustitución de importaciones, la que tiene la intención de proteger el mercado interior de la competencia extranjera. Sin embargo, los sectores interiores que sustituyen a las importaciones carecen de ventaja competitiva en términos internacionales, y, si la protección se extiende, pueden llegar a reducir la productividad nacional a causa de su ineficacia. Es lo que ocurrió en Latinoamérica por la década de los ’50 que fracasó estrepitosamente.
2.- La economía Impulsada por la Inversión: En esta Fase, la ventaja competitiva nacional se basa en la disposición y la capacidad del país y de sus empresas para invertir agresivamente. Las empresas invierten para construir instalaciones modernas, eficaces y casi siempre de gran tamaño, equipadas con la mejor tecnología disponible en el mercado mundial. También invierten para conseguir tecnología extranjera más compleja de productos o de procesos mediante licencias, empresas mixtas u otros medios, lo que permite competir en sectores y segmentos sectoriales más refinados. Tal tecnología se encuentra por lo general una generación por detrás de la de los líderes internacionales, que habitualmente no desean vender la última generación. Sin embargo, en esta fase, la tecnología y los métodos extranjeros, no solamente se aplican, sino que se trabaja en ellos para mejorarlos. La capacidad de la industria del país para absorber y mejorar la tecnología extranjera es esencial para alcanzar la fase impulsada por la inversión, y es una crucial diferencia entre las fases impulsada por los Factores e impulsada por la Inversión. Los países, sus ciudadanos y sus empresas, en esta fase de su economía, invierten para hacer que los factores pasen de ser básicos a ser avanzados y para crear una infraestructura moderna. Unos trabajadores cada vez más cualificados, y un grupo cada vez mayor de personal técnico, con salarios todavía relativamente bajos, hacen funcionar las instalaciones avanzadas y proporcionan la capacidad interna para asimilar y mejorar la tecnología. La intensa rivalidad interior en aquellos sectores en que compite la nación impulsa a las empresas a invertir continuamente para rebajar los costes, mejorar la calidad de los productos, presentar nuevos modelos y modernizar los procesos.
En esta etapa, las ventajas competitivas se consiguen a partir de la mejora de las condiciones de los factores, así como de la estrategia, estructura y rivalidad que adopten las empresas. En la etapa impulsada por las inversiones, como su propio nombre lo indica, la capacidad y la voluntad de invertir es la principal ventaja, en vez de la posibilidad de ofrecer productos exclusivos o de fabricar con procesos exclusivos. La demanda interior en esta etapa es esencialmente poco refinada, porque el nivel de vida es modesto, aunque esté mejorando, y porque solamente existe una pequeña base de empresas industriales avanzadas, que todavía están en fase de aparición.
La vía a la ventaja competitiva impulsada por la inversión solamente es posible en determinados tipos de sectores: aquellos que cuentan con unas importantes economías de escala y exigencias de capital pero en los que el coste de la mano de obra sigue siendo un elemento importante, los productos están estandarizados, el servicio es un componente poco importante, la tecnología es fácilmente transferible y en los que hay multitud de fuentes de tecnología de procesos y productos. Las ventajas que un país puede disfrutar en esta etapa (bajos costes de la mano de obra, instalaciones grandes y modernas) tiene mayor importancia en este tipo de sectores. La etapa impulsada por la Inversión se caracteriza por los rápidos aumentos del empleo y por el aumento de los costes de los factores y de los salarios.
El papel adecuado del Gobierno en la etapa impulsada por la inversión refleja las fuentes de ventaja competitiva en una economía de esas características; dado que la competencia todavía depende principalmente de los factores y de la decisión de invertir, el papel del Gobierno puede ser decisivo. Puede ser importante en aspectos como la orientación del escaso capital hacia determinados sectores, el fomento de la asunción de riesgos, la prestación de protección temporal para fomentar la penetración de rivales interiores y la construcción de instalaciones de dimensiones útiles, el estímulo y la influencia en la adquisición de tecnología extranjera y el fomento de las exportaciones. En esta etapa, el Gobierno debe asumir también el liderazgo en la realización de inversiones para crear y mejorar factores, aun cuando las empresas también tienen que empezar a asumir un papel cada vez más decisivo.
El modelo impulsado por la inversión requiere un acuerdo nacional que favorezca la inversión y el crecimiento económico a largo plazo antes que el consumo corriente y la distribución de las rentas actuales. Tal acuerdo fue explícito, por ejemplo, tanto en Japón como en Corea. La elaboración adecuada de medidas políticas en esta etapa parece exigir un proceso político que permita tomar decisiones disciplinadas y estrictas, así como la adopción de un marco temporal a largo plazo. Y casi siempre habrá que resistir la presión de poderosos intereses corporativos para asegurar la adecuada rivalidad interior. La protección debe ser temporal, a pesar de las inevitables presiones para hacerla permanente, con objeto de espolear las mejoras y la innovación. Las presiones políticas casi siempre significan que, a pesar de las buenas intenciones, algunos de los elementos importantes del modelo impulsado por la inversión no se llegan a poner en práctica, lo que hace que se fracase en el intento de superar la etapa Impulsada por la Factores. Un Gobierno políticamente estable, la continuidad en los cargos gubernamentales y la capacidad de contrarrestar los intereses especiales que buscan favores son elementos indispensables para apoyar el progreso.
Muy pocos países en vías de desarrollo han dado el salto a esta etapa. En el período de posguerra, solamente Japón y después Corea, Taiwán, Singapur, Hong Kong y España lo han logrado, estando pasando ya a la etapa impulsada por la innovación (aunque España aún no por la aplicación del Neoliberalismo hace dos décadas) y en menor medida Brasil muestra signos de estar alcanzando la etapa impulsada por la inversión, pero carece todavía de elementos importantes, ya se trate de empresas nacionales capaces, de capacidad interior para mejorar la tecnología de procesos y productos, de canales internacionales de comercialización controlados por empresas del país, de factores suficientemente avanzados o de la existencia de una auténtica rivalidad interior. Porque hay muchos escollos en el avance hacia la etapa impulsada por la Inversión y no todos los países que se embarcan en esta tarea tienen éxito.
3.- La economía impulsada por la Innovación: En esta fase entra en juego toda una amplia gama de sectores; todos los determinantes están en funcionamiento y sus interacciones son muy intensas. El conjunto de sectores y segmentos en los que las empresas del país pueden competir con éxito se amplía y se perfecciona, aun cuando los sectores y los agrupamientos en concreto serán un reflejo del entorno y evolución histórica propios del país de que se trate. La demanda de consumo se hace cada vez más extendida gracias a unas crecientes rentas personales, a unos niveles superiores de educación, al creciente deseo de comodidad y al vigorizante papel de la rivalidad interior. La creciente fortaleza competitiva de las empresas del país en diversos sectores también lleva a la aparición de clientes industriales entendidos y exigentes en el país. Nuevas incorporaciones reactivan notablemente la rivalidad interior en muchos sectores, lo que acelera la mejora y la innovación. Aparecen sectores de apoyo de categoría internacional en los agrupamientos más importantes. Surgen nuevos sectores competitivos a partir de sectores conexos. La ventaja competitiva debida a los costes de los factores se hace cada vez más rara, a medida que el creciente éxito en muchos sectores incrementa la presión alcista sobre los costes de los factores y la cotización de la moneda. Se estimulan las innovaciones que hacen avanzar la tecnología de producto y proceso. Crece el refinamiento de las Universidades, de las instalaciones de investigación y de la infraestructura existente, aparecen nuevos mecanismos para crear factores avanzados y especializados y para hacer que mejoren continuamente.
Esta Fase se denomina Impulsada por la Innovación porque las empresas no solamente adquieren y mejoran tecnología y métodos de otros países, sino que los crean. Las empresas del país impulsan las últimas novedades en tecnología de productos y de procesos, en marketing y en otros aspectos de la competencia. Las condiciones favorables de la demanda, un buen parque de proveedores, factores especializados y la existencia en el país de sectores conexos permiten a las empresas innovar y mantener la capacidad de innovación; ésta hace que aparezcan muchos más sectores. Esta etapa comprende países con diferentes niveles de progreso.
El papel idóneo del Gobierno en esta etapa es destacadamente diferente del que debía desempeñar en las anteriores. La filosofía de intervención adecuada y los tipos de intervención cambian. La colocación del capital, la protección, los controles sobre licencias, las subvenciones a la exportación y otras formas de intervención directa pierden relevancia o eficacia en la competencia basada en la innovación. El ímpetu por innovar, la capacidad para hacerlo y las señales que muestren en qué dirección se han de hacer deben provenir principalmente del sector privado. A medida que las economías se amplían y se hacen más intensas, el Gobierno no puede confiar en ser capaz de mantenerse al tanto de todos los sectores existentes y de nueva aparición, y de todos los vínculos existentes entre ellos. Y las empresas cada vez más prósperas e internacionales también son menos proclives a dejarse guiar. En vez de eso, es mejor que los esfuerzos del Gobierno se dirijan a vías indirectas, como la estimulación de la creación de factores cada vez más avanzados, la mejora de la calidad de la demanda interior, el fomento de la formación de nuevas empresas, la conservación de la rivalidad interior y otras áreas, pues las empresas deben asumir un papel cada vez más importante en la creación de factores.
Gran Bretaña alcanzó la etapa impulsada por la Innovación en la primera mitad del siglo XIX. Estados Unidos y Alemania lo consiguieron en las últimas décadas del siglo XIX o en las primeras del XX. Suecia en la década del ’60. Italia y Japón solamente han podido alcanzar la etapa impulsada por la Innovación en la década de 1970. Pero se puede afirmar, como una curiosidad histórica, que las regiones del norte de Italia alcanzaron la fase impulsada por la innovación en el siglo XII, aunque el contexto industrial de la época era completamente diferente.
4.- La economía Impulsada por la Riqueza: Los países pasan por las tres primeras etapas de desarrollo competitivo si pueden mantener un proceso dinámico de mejora de la ventaja nacional. Esto supone el avance hacia ventajas competitivas más refinadas y la ampliación de la gama de sectores en los que las empresas pueden competir con éxito. La Fase impulsada por la Riqueza conduce en última instancia y por increíble que parezca, al declive. La fuerza motriz en una economía impulsada por la riqueza es la riqueza que ya se ha conseguido. El problema es que una economía impulsada por la antigua riqueza no es capaz de mantener su prosperidad. Esto es debido a que, en lo fundamental, la motivación de los inversionistas, los directivos y los individuos cambia de manera que mina la inversión continuada y la innovación y, por lo tanto, la mejora. Se establecen nuevos objetivos, entre los que casi siempre se incluyen laudables objetivos sociales que sustituyen a los que habían sustentado el progreso de la economía. En la etapa impulsada por la riqueza, las empresas empiezan a perder ventaja competitiva en los sectores internacionales, debido a una serie de razones. La menguante rivalidad (resultado de prestar más atención a conservar la posición que a mejorarla), la decreciente motivación societaria a invertir y la capacidad de aislamiento de las firmas suficientemente poderosas para influir en la política gubernamental suelen ser los orígenes del problema. Los Administradores ascienden a los puestos directivos de más responsabilidad, relegando a los emprendedores y creadores de empresas. El entusiasmo por la competencia se enfría no sólo en las compañías sino también en los sindicatos y ambos pierden el gusto por la asunción de riesgos. El afán por innovar disminuye a medida que decrece la predisposición a infringir las normas y a enfrentar la desaprobación. Los empleados pierden motivación a medida que alcanzan unos niveles superiores de ingresos y se amplían sus aspiraciones. Las relaciones entre trabajadores y empresa se endurecen a medida que cada una de las partes se empeña en mantener los derechos y facultades adquiridos anteriormente. Esto va en detrimento de la capacidad de mejorar la productividad para poder soportar el crecimiento de los salarios. La tendencia a gravar fiscalmente la riqueza a medida que las naciones se van haciendo más prósperas reduce los incentivos para invertir en la industria. En líneas generales, una infrainversión crónica en la industria es una manifestación harto irónica de una economía impulsada por la riqueza. Las metas de los inversores pueden pasar de la anterior acumulación de capital a la actual conservación de éste. A medida que las empresas pierden ventajas competitivas de orden superior, muchos sectores de la propia nación pierden dimensión y recurren a la competencia en precios. Las perturbaciones en el crecimiento de los salarios y el empleo y el creciente desempleo reducen todavía más los incentivos para mejorar la productividad, y esto contribuye a su vez a la pérdida de otras posiciones de mercado y las rentas personales empiezan a descender respecto a las de otras naciones avanzadas, lo que deteriora la calidad y refinamiento de la demanda interior.
La etapa impulsada por la riqueza es una etapa de desorientación y de declive, en última instancia, porque la gama de sectores en los que se puede sustentar la ventaja competitiva no es la adecuada para emplear a la masa laboral en puestos de trabajos productivos y mantener un creciente nivel de vida. Los programas sociales empiezan a superar la capacidad de la economía para sufragarlos; la imposición de cargas tributarias pesadas sobre el patrimonio, además de sobre la renta, se llega a ver como el único medio de equilibrar el presupuesto, lo que hace que los incentivos disminuyan aún más. El declive resultante puede ser muy prolongado hasta que haya algo que saque a la economía de esta situación, como la subida al poder de un Gobierno enérgico que instituya reformas drásticas para volver a la etapa de la Innovación. Gran Bretaña es el país cuya economía alcanzó hace tiempo la etapa impulsada por la riqueza que Margaret Thatcher intentó remediar con el Liberalismo, pero no lo logró, siendo el Laborista Tony Blair quien puso más o menos las cosas en su lugar, pero la nación sigue dando tumbos al igual que algunos otros países que están muy cerca de ella en esta primera década del siglo XXI.
Hasta aquí hemos seguido a Michael Porter en su estudio de las cuatro etapas de desarrollo económico de las naciones. Pero el análisis de la Globalización y cómo afecta a los trabajadores y el mundo continúa: Así tenemos que las Industrias de más rápido crecimiento en la década de los ’90 y para la primera parte del siglo XXI son la Micro-electrónica, Biotecnología, Industrias científicas de nuevos materiales, Telecomunicaciones, Aeronáutica civil, Máquina-herramientas y Robótica amén de las Computadoras; todas basadas en la capacidad intelectual y que se pueden instalar en cualquier lugar de la tierra. Vemos que los productos modernos utilizan menos recursos naturales como los puentes y automóviles que utilizan cada vez menos acero en tanto que las computadoras casi no lo utilizan; y que los costos de transporte hacen el traslado de las materias primas muy fácil; tomemos como ejemplo el Japón que no posee carbón ni hierro y, sin embargo, produce acero. Los precios de los Recursos Naturales cayeron en 60% desde mediados de los ’70 y se presume otra caída de 60% para los próximos 25 años. La Revolución Científica produce ya materiales inventados a pedido y la Biotecnología la “Revolución Verde”. El Mercado Mundial de Capital se ha centrado en Nueva York, Londres, Tokio y Shanghai.
Y aquí va otra advertencia para nuestra clase obrera: la “mano de obra no calificada” deja ya de ser importante; el peón raso desaparece o cae del sistema y se convierte en un “desamparado” porque se fabricará donde los costos de producción sean más bajos, pero los salarios solo aumentarán con la productividad. Hace falta una gran reforma educativa pues muchas habilidades importantes no son las que se enseñan en las instituciones de educación formal; tenemos como ejemplo a Bill Gates y su empresa Microsoft. Por eso las naciones que ofrezcan a las compañías los costos más bajos para el desarrollo del liderazgo tecnológico serán las que inviertan más en Investigación y Desarrollo, Educación e Infraestructura (especialmente en Telecomunicaciones y etc.). Los trabajadores de Fábricas en los países desarrollados son hoy, en un más del 20%, de formación universitaria y casi el 10% graduados universitarios en los EE.UU.; la Planta de montaje de Chrysler tenía hace ya 15 años, el 26% de sus trabajadores con Título Universitario (Lester Thurow: “El Futuro del Capitalismo”; pp. 79 a 101; loco citato et passim). Hoy en los países del 1er. Mundo las habilidades requeridas ya son radicalmente diferentes a las que eran necesarias en el pasado. Todo esto conducirá al mundo a democracias más directas y participativas a pesar de cierto rebrote del autoritarismo que estamos presenciando en algunos países de América Latina.
c) Crecimiento demográfico, desplazamiento, envejeci- miento: La Teoría de Malthus, parece volver a estar presente y suscitar temores. El Banco Mundial prevé el aumento de 6.000 millones de habitantes actuales del planeta a 8.500 millones para el año 2.030, pero lo que resulta más inquietante es que la mayor parte de ellos nacerán en países con ingresos inferiores a 2 dólares diarios. Si la población de los EE.UU. hubiese crecido al ritmo nuestro del 3,5% anual durante los dos últimos siglos pasados, su ingreso per cápita sería hoy más bajo que durante la Guerra de Secesión pues el crecimiento económico en ese lapso fue de 3,1% anual. Dicho en palabras crudas: las personas que nacen en países pobres con ritmos altos de crecimiento poblacional, van a morir en naciones pobres.
Otro fenómeno de la Globalización es el Desplazamiento: cual antiguo Imperio Romano con las invasiones bárbaras, ahora uno de los “atentados no bélicos a la seguridad” son las migraciones ilegales; los desesperados habitantes de los países pobres se vuelcan sobre los países ricos de todas las formas posibles y éstos los rechazan a menos que puedan ser explotados en labores que los ciudadanos del 1er. Mundo no desean realizar. Paraguay es testigo de ello. Y los desesperados jóvenes y adultos acicateados por la información recibida por Internet y conectados por las redes sociales se lanzan al asalto de sus Gobiernos que no solucionan el problema; la impaciencia y la violencia cunden en el 3er. Mundo. También está el Envejecimiento de la población de los países centrales debido al aumento de la expectativa de vida lo que afecta el sistema de Bienestar Social y ha hecho que los “Fondos de Pensiones” que manejan cifras multimillonarias de dinero dan gran poder a “los viejos” que también componen, cada día más, una mayor cantidad de votantes. Respecto al Paraguay queremos destacar que frente a las reformas neoliberales, el Sistema de Previsión Social de uno de los “Tigres del Asia”, Singapur, parecido al nuestro, es alabado por importantes analistas; pero, por supuesto, no tiene los defectos ni la corrupción que nos caracterizan y son necesarios erradicar.
d) Una economía global: Por primera vez en la historia de la humanidad todo se puede hacer en cualquier parte y vender donde se quiera toda vez que los países ricos cumplan con las leyes internacionales que supuestamente rigen el mundo del “libre Comercio” y dejen de poner trabas a los productos del 3er. Mundo (Ravi Batra: “El Mito del Libre Comercio”; pp. 156 a 178; Javier Vergara Editor S.A. Bs. Aires, 1994. El Dr. Batra enseña “Economía Internacional” en los EE.UU. y es autor de varios “Best Sellers” mundiales)). Pero hasta ahora el “Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio”(GATT), no ha dejado de ser una falacia. Sin embargo, y contra lo que predica el Neoliberalismo, dice nuestro ya citado Lester Thurow, Decano del Instituto Tecnológico de Massachusetts, “Las ideologías son tan importantes como las Tecnologías en el desarrollo de una economía global”(Ibídem).
En su momento, la amenaza del Comunismo obligó a las economías capitalistas a adoptar una mentalidad solidaria global y “anti-aislacionista” que ahora se está desvirtuando desde hace varios años. Las naciones que llegaron a ser ricas después de la 2ª Guerra Mundial atravesaron un período en que sus exportaciones se concentraron en el gran mercado Norteamericano: 35% del Japón y 48% de los “Dragones Asiáticos”, pero eso ha desaparecido, ahora Latinoamérica debe diversificar sus mercados porque tampoco puede ya “jugar” con la balanza de Poder “Este-Oeste” pues ha terminado la Guerra Fría. Y pasar de las Economías Nacionales a una Economía Mundial Única es un salto difícil: los escalones naturales de este proceso de evolución son: 1) Espacio de Libre Comercio, tal el caso del Tratado de Montevideo; 2) Espacio de Unión Aduanera; 3) Mercado Común, cual es el caso del Tratado de Roma y el fallido Mercosur; 4) Espacio de Unión Económica con vínculos de índole política como la Unión Europea y el Parlamento Europeo, que también se ha intentado por aquí con el “Parlasur” pero sólo sirvió para el irrespeto a la soberanía nacional; 5) Por ultimo, la Federación o Unión de Estados Nacionales en que la soberanía es detentada en lo esencial por un centro único de poder; algo que inclusive en Europa está fracasando por serle imposible todavía “copiar” a los EE.UU.
La Economía Globalizada significa también competencia y reducción despiadada. Lo abundante o superfluo debe ser eliminado del sistema, porque una economía global crea una desconexión fundamental entre las instituciones políticas nacionales con sus estrategias para confrontar los hechos y las fuerzas económicas internacionales (Ej. La Crisis Asiática de hace 10 años y aquel “efecto tequila”). Debemos reconocer que la era de las numerosas empresas Estatales y las excesivas regulaciones gubernamentales ha concluido; y si alguien no lo cree que observe, por ej., que las actividades financieras se llevan a cabo por medios electrónicos ya sea en Bermuda o las Bahamas; sea donde fuere que estén las sedes y las empresas, se van donde tengan menos problemas de regulación y con más bajas cargas sociales. Es cruel decirlo pero es así: la era de la regulación nacional ha quedado atrás pero la era de la regulación económica mundial aún no ha llegado y las organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el ya citado GATT están siendo sometidas a gran presión y desafíos que ponen en duda su existencia. Como recién apuntamos, los EE.UU., ya con sólo el 23% del PBI mundial, no pueden continuar siendo el gran mercado para la estrategia exportadora.
Hagamos un paréntesis en los efectos económicos de la globalización para tratar un tema que nos interesa a todos pues atañe a nuestro “Ser Nacional”: proteger la Tradición Cultural propia. El francés Jacques Delors, cuando era Presidente del Mercado Común Europeo ya puso la “pica en Flandes” cuando dijo: “Simplemente quisiera formular una pregunta a nuestros amigos norteamericanos: ¿tenemos derecho de preservar nuestras tradiciones, nuestra herencia, nuestro idioma?”. Pero no es fácil trazar el límite entre la economía y la cultura. El mundo ya está pasando el punto de no retorno; con los satélites, las antenas parabólicas y el Internet ¿cómo se controlará la difusión de cultura extranjera en detrimento de la nacional? La cuestión no es la protección estatal sino competir con calidad. El gran pensador Robert D. Kaplan en su escrito “La anarquía que viene”(pp. 54-58; en “Lettre”, Primavera de 1996, Hamburgo, Alemania) denuncia el peligro del Poder de las empresas Multinacionales ante un Estado-Nacional como lo quieren los Neoliberales siguiendo la tradición ideológica del Liberalismo clásico. Ahora, con la Democracia, que ha traído el igualitarismo legal: “un hombre, un voto”; la Nación-Estado, que implica soberanía nacional, poder y prestigio; y la Economía Mundial muy desigual y que además profundiza las desigualdades, se necesitan políticas de cooperación que limitarán la soberanía pero respetando el “ser nacional” de la Nación-Estado como lo expresó y exigió la misma Margaret Thatcher.
e) Un mundo multipolar con ninguna potencia única dominante: EE.UU., al final de la 2ª Guerra Mundial tenía dos tercios de la capacidad de producción industrial del mundo; allí estaba la gente con dinero para gastar. La fuerza motriz del universo eran los EE.UU. La participación norteamericana en el Producto Bruto Interno (PBI) mundial era de más del 50% a fines de 1960 y ahora representa menos del 25%. Algún día, ya cercano, EE.UU. dejará de ser el Gran Mercado porque el déficit comercial no puede continuar indefinidamente. Ya el Mercado Común Europeo es el 1er. Mercado Mundial pero menos abierto que los EE.UU. Y a la tripolaridad económica de EE.UU., la Unión Europea, Japón y los Tigres del Asia, se agregan ahora China y la Federación Rusa. Son cada vez más importantes los bloques comerciales regionales (lástima la politización del MERCOSUR), por eso ha surgido la World Trade Organization (Organización Mundial de Comercio) para redactar las normas de la Nueva Economía Multipolar. Pero ¿cómo mantener unido el Sistema sin un Líder?: Solamente con una poderosa Ideología integradora, pues ni el Capitalismo Liberal ni la Democracia individualista son una ideología integradora; no tienen una meta comunitaria, mayor que la individual. Repetimos: hoy la realidad es el fin del Comunismo, así como el fin del sistema GATT-Breton Woods o sea el orden económico surgido de la 2ª Guerra; un mundo de paridad económica entre los grandes, el problema Norte-Sur, una falta de ideologías unificadoras, el super individualismo de la democracia y el capitalismo liberal. Es decir un Mundo sin vínculos unificadores ni un liderazgo político global (Henry Kissinger: “Reconsideración del Nuevo Orden Mundial”; pp.801 a 835; en “La Diplomacia”; Fondo de Cultura Económica; México D.F.), porque el liderazgo significa comprometerse con la gente en la resolución de problemas importantes. Los líderes sin seguidores no son tales; y son los seguidores los que crean el liderazgo.
5) ¿Cómo afectan al Paraguay los alcances y efectos de la globalización?
Nuestro crecimiento económico durante los últimos 40 años se sustentó sobre cuatro pilares: el Capitalismo de Estado; la Gran Expansión de la Frontera Agrícola durante la década de los ’60; la masiva incorporación de Itaipú en los ’70; y el Comercio de Triangulación de los ’80. Nacieron poderosas Corporaciones o “grupos de interés” económicos. Pero nuestra crisis financiera, la inadecuación del aparato productivo a los desafíos de la globalización, el desempleo y subempleo requieren soluciones que suponen un replanteo total de nuestro modelo productivo o institucional, que no respondan a los intereses de esos grupos.
La estructura productiva paraguaya de principios del siglo XX era de exportadora de materias primas e importadora de productos manufacturados. En 1936 se puso fin a los principios liberales y comenzó la intervención del Estado en la economía: era la etapa impulsada por los Factores y se buscaba pasar a la impulsada por la Inversión. Aparecieron la COMISIÓN MIXTA de Venta de Azúcar, la COPACAR, APAL, FLOMERES, LAP, etc. La estabilidad cambiaria, la expansión de la frontera agropecuaria y los créditos stand by de ayuda por la postura anti comunista explican el crecimiento económico de la primera época de la era de Stroessner. Apareció en la década de los ’70 el desarrollo de los sectores sojero, ganadero y algodonero. Pero en los ’80 si bien el volumen de producción había aumentado, la estructura productiva no había cambiado substancialmente: seguíamos siendo exportadores de materia prima e importadores de manufacturas; y al concluir el flujo de dólares que significó Itaipú, el Producto Bruto Interno experimentó crecimientos negativos: -1% en el ’82, -3% en el ’83. El “Comercio de Triangulación” cuyo componente no registrado (o sea ilegal) que se estima en tres veces las exportaciones registradas del país en ese período, sostuvo una economía “en la sombra” que permitió que el nivel de ingresos de la población no se resintiera. Pero la globalización, como dijimos, es la ampliación y profundización de las corrientes internacionales del comercio, las finanzas y la información, en un solo mercado mundial integrado, y en consecuencia va acompañada de una política de liberalización que consiste en la apertura de los mercados nacionales e internacionales, en procura de que el aumento de las corrientes de comercio, finanzas, tecnología e información, produzcan mejores condiciones para el desarrollo.
Hay que atraer inversiones: implementar políticas orientadas al control del déficit fiscal; tipo de cambio competitivo; tasas de interés suficientemente altas para alentar el ahorro pero no tanto que desalienten la inversión productiva; el desarrollo de infraestructura de comunicaciones y transporte de bajo costo. Para aumentar el empleo: estimular la inversión en capital humano por medio de la educación, y el desarrollo del espíritu empresarial del sector privado, en especial en pequeñas y medianas empresas. Se deben transformar los mercados reprimidos, monopolios prebendarios y oligopolios de amigos, en mercados libres y eficientes con competencia leal. La apertura interna ha sido posible gracias a la descentralización política y también debería ser económica. En resumen: se derrumba el orden económico estatizante y corporativista prebendario como se derrumbó la dictadura absolutista y aislacionista producto de la guerra fría.
6) ¿Cuál es la respuesta?
1) El aumento de la capacidad endógena (interior) para responder a la complejidad del entorno internacional y el colapso de los paradigmas clásicos del desarrollo. Hay que repensar modelos alternativos. La creación de instituciones nuevas y aptas para ello y fortalecer las existentes modernizándolas. Para insertarse en el mundo globalizado hay que ordenar la casa con el fortalecimiento institucional, estabilidad económica, reforma financiera (Banca Central autónoma) y descentralización profundizada. Pero con un internacionalismo construido sobre la base del Estado-Nación, porque la lealtad política hacia determinadas instituciones es un elemento definidor de la ciudadanía, de lo contrario se estará configurando una Comunidad Internacional administrada e integrada por instancias tecnocráticas; peligro apuntado por R. Kaplan (Ibídem).
2) La Reforma Financiera, que pasa por el fortalecimiento institucional de la Banca pública y privada con autonomía técnica y administrativa del Banco Central. Esto supone una política monetaria no sujeta a la inmediatez del proceso político. Nó al exceso del Dirigismo Crediticio para evitar corrupción, coimas y favoritismo clientelista.
3) La Reforma del Estado, disminuyendo su tamaño pero aumentando su capacidad de intervención porque debe intervenir como Regulador. Para nosotros, los Republicanos, el Estado existe para que el Poder no sea el simple dominio de los intereses de un sector, de un Partido, de una clase social o un grupo sobre el resto de la sociedad. Para nosotros, la realidad del Estado encuentra justificación y sustento en la aspiración de organizar socialmente la libertad. Es el “gran equilibrador”, no meramente subsidiario, “mirón” como quieren los Neoliberales, ni omnívoro “atrapatodo” como lo desean los de la Izquierda Socialista.
4) La descentralización, de la que ya nos hemos ocupado extensamente y seguiremos haciéndolos en otros artículos.
5) La Gobernabilidad, con control del Parlamento, sin un Caudillo Providencial que convierta la República en una “Democracia Tutelar” que es definida por el politólogo francés Alain Touraine como “Aquella en que la división de Poderes se encuentra borroneada. Aquella en la cual el Poder Judicial responde a los intereses del Ejecutivo. Aquella en la cual el Parlamento también es dogmático y mayoritariamente adicto al Gobierno de turno”, como son los casos patentes de Venezuela, Bolivia y Ecuador.
6) Un nuevo estilo de Gerenciamiento que establezca, en el marco institucional del Estado, escenarios en el que puedan converger actores sociales y políticos, con formas más flexibles y menos rigidez burocrática.
7) Un Nuevo tipo de Política exterior en donde se tenga que aceptar un “Mundo de Entrometidos” pero sin abdicar de la Soberanía Nacional; con apertura a los “tabúes políticos” de antes como por ejemplo la realidad de CHINA; renegociando el MERCOSUR –ahora que hemos vuelto a él– y redefiniendo el concepto de Soberanía Absoluta en lo económico pero manteniéndola en lo político, sin chauvinismos estériles. Y una de las mejores maneras de continuar construyendo un Paraguay independiente y soberano consiste en crear Empresas Nacionales líderes que los paraguayos pudieran llamar propias aunque fuesen privadas.–
Gracias por el artículo. Envío unas aportaciones al amplio estudio de Fariña: 1). La fuerza impulsora de las sociedades que será el Microemprendimiento, familiar o local, de 10 o 15 intervinientes: En base a las nuevas tecnologías y a la comunicación mundial por Internet, se puede recibir apoyo e información tecnológica de otras microempresas en cualquier parte del mundo, con la consiguiente ventaja de hablar en el lenguaje libre y generoso del intercambio tecnológico y científico, sin la presión de las relaciones comerciales locales, de la competencia, etc. , ya que cada microempresa está en partes alejadas del mundo, sin embargo cumplen con la provisión de prosperidad local. 2). El nuevo paradigma de civilización industrial, basado en la salud ecológica, humana y ambiental y de la alimentación,dará un vuelco a la industria en los próximos 20 años. Toda una nueva forma de vivir la salud en base a alimentos naturales, libres de pesticidas y de ingeniería genética, obligará a las macroempresas multinacionales a cambiar de rumbo. El mundo entero sabrá que NO hay que consumir nada que contamine el cuerpo humano y la naturaleza. Toda la industria de química de la alimentación se reorientará hacia esos nuevos postulados de salud holística. Saludos cordiales, ClaudioSerraBrun. España-Argentina http://www.poesur.com
Estimado Osvaldo: T agradezco tu mensaje. Ahora bien, deseo que verifiques si el autor del artículo es el mismo que últimamente estuvo empuercando a El Colorado, o si se trata de un homónimo. Fuerte abrazos nacionalista,HUMBERTO ZARACHO
Date: Mon, 23 Feb 2015 01:31:04 +0000 To: humzaracho@hotmail.com
agradezco el estudio, no hay muchos hechos a nivel local en este tema y como Profesora de Finanzas Publicas me cuesta estar informada a nivel local de como va la economía nacional…..
Sr. Director: ¡Qué extraordinario el trabajo de Eduardo Fariña! Entiendo que es Ingeniero Civil y Master en Ciencias Políticas. De un nivel superior como solo pueden darlo los grandes intelectuales y técnicos muy estudiosos. Y qué diferencia con los mediocres y rastreros «trabajitos» de ese inservible HUMBERTO ZARACHO que solo sabe insultar como ahora lo hace. No tiene vergüenza para hacer lo que hace. hay que radiarlo de EL COLORADO pues es él el que lo «empuerca» (para usar sus palabras). No hay que hacer correr de su periódico a intelectuales de esta talla como lo pretende este ex pyragúé del stronismo. Con mis respetuosos saludos y esperando lo «ponga en vereda» a Zaracho.
Apreciados lectores: comprendemos que a algunos no les guste determinados columnistas por las razones que fueren. Pero como notarán, nuestro medio, insiste en la unión en el disenso. Puede operarse en el Partido colorado como en cualesquiera otros partidos, movimientos o sectores de nuestra sociedad. De manera que, no podemos cerrarle nuestra puerta a un colorado sin cometer una incoherencia. Además, en este medio han tenido espacio personas de otro signo político por apoyar determinadas posturas de caracter nacional que nos incluye a todos los paraguayos. Saludos cordiales.
Eduardo: Recién pude leer en toda su extensión tu extraordinaria investigación. Por aquí no saben nada. La predicción tuya se acerca a una realidad que si no la manejamos a nivel gubernamental podemos quedar en la edad de piedra, Misaludos y mis felicitaciones.