Escribe Osvaldo Bergonzi
Un joven movilizado en la escuela de reserva fundada por el entonces, mayor Camilo Recalde en 1928, (más tarde CIMEFOR) recibe la presillas de teniente segundo. Como buen joven, ya deseoso de entrar en combates, le causa alguna desazón la intervención de la republica de Chile la cual evitó el conflicto bélico ocasionado por la fogosidad de, Rafael Franco, mayor paraguayo, que irrumpió sin saberlo en territorio boliviano.
El entuerto esa vez se arregló y el Paraguay se retiró de territorio incuestionable de Bolivia. Más tarde (1932) ese joven vuelve a movilizarse, pero esta vez con las presillas de teniente primero. Se despide de su madre y familiares. Ya en el puerto lo hace con su hermano mayor, el doctor Julio Manuel Morales, a punto de embarcarse él como médico de ambulancia en el regimiento Boquerón bajo el mando del entonces mayor Arturo Bray. Lo despide y recuerda sus ademanes jactanciosos. – Golpeaba sus espadín a la par de mostrar un gran orgullo por servir a su patria.
Tengo su retrato en mi casa. Es la fotocopia de un hijo mío radicado en USA al extremo que una de mis nietas creyó que se trataba de su papá. Se llamó BERNARDINO MORALES, hijo del doctor Gregorio Morales, uno de los últimos secretarios políticos del general Bernardino Caballero. Y como tal, exiliado a la Argentina luego de Laureles, la ultima intentona colorado por recuperar el poder.
Quizá por su influencia viví 10 años sobre la calle que lleva su nombre en el Barrio Las Mercedes y conservo una fotografía con su nombre al fondo de la esquina. Fue entre los primeros oficiales paraguayos que entregó la vida en la batalla de Boquerón. Su hermano, el referido médico, lo reconoció por la dentadura luego de sacarlo de una fosa común. Fue de los últimos cadáveres en regresar a la capital.
En este nuevo aniversario de aquella memorable jornada lo recuerdo a este gran paraguayo, tío político, comandante de una compañía del regimiento corrales, a quien no conocí, pero que sobradamente hizo honor a su patria, a su familia y a su partido un 9 de septiembre de 1932 a las 12 a.m.
EL COLORADO 
OSVALDO:
TU PROSA, INDISCUTIBLEMENTE ES EXCEPCIONAL!
NARRADOR NATO, MI RECORDADO AMIGO. FELICIDADES!