Estas fuerzas deben recuperar el honor humillado por este gobierno, empeñado en desmantelarlas. Fuimos testigos a lo largo de estos 4 años como pasaban a retiro en masa promociones completas sin causa alguna. Muchos quedaron sin el beneficio de la jubilación.
Fuimos testigos como los mandaron al patíbulo al comisario Lovera con el fin premeditado de eliminar a un honrado y capacitado ciudadano para luchar contra asesinos y secuestradores. Hemos visto como nuestro país cayó en el ridículo mundial por la conducta deshonrosa de su presidente. Hemos visto el desfile de mujeres reclamando la paternidad de sus hijo engendrado cuando su padre administraba la ostia consagrada.
Que no hemos visto. Desde esta tribuna denunciamos a cada una de estas cosas que repugnan a un pueblo y enlodan el nombre de nuestro país.
Por eso, ante los anuncios de los zurdos de traer gente para atropellar el congreso, las fuerzas públicas deben salirles al paso para impedir sus desmanes pues sus propósitos son sangre y luto como en 1904 y 1947.
El nuevo gobierno debe hacerle justicia a militares y policías humillados por Lugo.
Señor Director
Las FFAA y las FFPP fueron repetidamente denunciadas por el presidente, aquí y afuera en los casi ochenta viajes que realizara, desde los primeros días de su gobierno, como «conspiradoras y destitutivas». Bajo esta hipotesis fueron sometidas a purgas de una eficiencia y eficacia tal, que despertaría la envida de Stalin.
Ya lideradas por «adherentes», los cuadros fueron adiestrados para reprimir a quienes en el futuro denunciasen violaciones de derechos humanos. No para prevenir delitos y proteger las Instituciones.
En ese curso de acción pusieron a disposición de «organizaciones populares» su personal, sus transportes y sus víveres en cuanta invasión y ocupación de areas rurales se diera. El MSP y el MEC aportaron lo suyo con medicamentos y escuelas itinerantes en cuyos pizarrones se «enseña» a niños que las tierras que ocupan les pertenecen y que deben luchar hasta la muerte por permanecer en ellas.
Solo por milagro las instituciones que debieran tener el monopolio del uso de la fuerza, la aplicarán a favor de la institucionalidad.
Le reitero mi consideración.