Por Osvaldo Bergonzi
El primero de los nombrados lo sacó tricampeón al Flamengo, popular club de Río de Janeiro. Previamente lo hizo campeón sudamericano a su país, el Paraguay (1953) y posteriormente abandonó Flamengo para clasificarnos al mundial de Suecia en 1958. Además de técnico fue un notable jugador que brilló en el futbol paraguayo y argentino !Vaya currículo!
Don Manoel era conocido en Río y despertaba el entusiasmo de la torcida de su club brasileño cuando el periodismo anunciaba su presencia en un partido, ya en edad provecta. “Don Manoel. don Manoel”, retumbaban las gradas de la torcida cuando escuchaban sus comentarios en portugués alentando al Flamengo. Murió en su segunda patria.
Por su parte Heriberto Herrera dirigió varios clubes europeos, españoles e italianos con suerte dispar pero muy respetado siempre. Después de ellos pocos tuvieron algún fulgor que se sepa. Quizá olvidemos a algunos. Pero los nombres que lanzamos fueron inigualables.
Es posible que nos falte más profesionalismo a los paraguayos en todos los órdenes del saber humano. – Ta japomi petei lesherado lento, le dijo una vez a mi padre un albañil. – Lento nde roba, le replicó. Es nuestro estilo. Además, no sabemos decir no. Es posible que a Chiqui Arce le hayan pedido no pocos jugadores una oportunidad, y él, como buen paraguayo, no se negó. Y en lugar de mantenerlo a Ortigoza como titular, un jugador que arrastra defensores en el área, especial para una defensa como la de los bolivianos, lo sustituyó por Zeballos apodado por la hinchada, PECHO FRIO