RECORDANDO AL ARQUITECTO DE LA UNIDAD COLORADA: DON TOMAS ROMERO PEREIRA


Palabras del cierre en nombre de nuestro medio en el almuerzo en el restaurante  PIEGARI el 4 de mayo del corriente año donde “EL COLORADO” y el INARE, bajo la presidencia del distinguido jefe partidario, doctor Atilio R. Fernández, el conferencista, doctor Humberto Zaracho dibujo una estampa de los sucesos de ese día de 1954.

Es mi deseo, en esta ocasión, felicitar al apreciado amigo y correligionario Dr. Osvaldo Bergonzi, intelectual y obrero incansable en la difusión de las informaciones político partidarias, amén de los ensayos y monografías, opiniones y comentarios políticos de innumerables republicanos desde la página virtual de El Colorado.

Además, quiero aprovechar en este día 4 de mayo, para evocar a uno de los robles del Coloradismo Eterno: el arquitecto don TOMAS ROMERO PEREIRA. Para quienes no tuvieron el privilegio de conocerlo, y para aquellos que talvez se les haya pasado al olvido las aristas que engalanaron su persona, deseo señalar que este insigne republicano nació en la entonces Villa Encarnación el 4 de octubre de 1886. Fueron sus hermanos Emilio y Cayo Romero Pereira, otros dos destacados luchadores del Partido Nacional Republicano. Inició sus estudios en su ciudad natal y luego en Asunción. En 1903 obtuvo una beca por concurso para estudiar en el Colegio Militar de la Argentina, donde egresó tres años después con el grado de Subteniente en el arma de Caballería. De regreso al país, se incorporó al Ejército Nacional. El joven oficial fue desde un comienzo hostigado con frecuencia por el régimen liberal, siendo deportado a Buenos Aires donde compartió las penurias del ostracismo junto con el general Bernardino Caballero y otras figuras del republicanismo. En la casa del fundador, en octubre de 1908, firmó el Libro Rojo del Partido Colorado. Durante la revolución de Laureles comandó una de las columnas nacionalistas con Enrique Solano López. Lamentablemente durante el cruce del río Paraná perdió la vida trágicamente su hermano Emilio. A este infausto hecho se sumó la derrota de las fuerzas del coloradismo por las tropas gubernistas. En 1910 ingresó en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires de la que más tarde egresó con el título de arquitecto.

En el año siguiente de 1911 se desató la primera guerra civil que asoló nuestro país. Volvió al terruño, y junto con su hermano Cayo tuvo participación destacada en la toma de Asunción. En febrero de 1912 asume la presidencia por un tiempo breve el Dr. Pedro P. Peña. En la batalla de Luque se batió heroicamente contra las fuerzas revolucionarias, no pudo evitarse la deposición del presidente colorado. Volvió a experimentar el exilio en la Argentina, y al regresar dos años después, encontró a un país sometido a una anarquía total. Viajó al Brasil por un tiempo, y en 1916 viajó a España y luego a Francia, donde residió hasta el año 1926. Al venir al Paraguay se sumerge de lleno a la arena política. Le correspondió una descollante actuación en las Convenciones partidarias de 1927 y 1931, siendo electo Presidente de la Comisión Central unificada del Partido. Al dictar el presidente Eusebio Ayala el decreto de movilización en julio de 1932, suscribió una histórica declaración exhortando a todos los afiliados y seguidores del Partido a levantar el estado de rebeldía política y a presentarse a los cuarteles ante la amenaza boliviana en el Chaco Boreal. El propio don Tomás dio el ejemplo al presentarse a cumplir con su deber patriótico. De inmediato fue reincorporado al Ejército solicitando su traslado a la zona de operaciones. Ante la actitud evasiva del gobierno decidió embarcarse a Pto. Casado y de ahí, junto con el Dr. Luis A. de Herrera, llegar hasta el PC de Estigarribia a quien se le presentó. Este le destinó como Jefe de Operaciones de la DI1 con el grado de Cap. Cab. En enero de 1933 fue nombrado Jefe del II Dpto. del Estado Mayor del Ejército en Campaña. En abril de 1935 se lo designó Jefe de Operaciones del Estado Mayor del II Cuerpo de Ejército, ascendiendo al grado de Mayor Cab. Luego del armisticio de Junio del 35 le correspondió la tarea de construir los Hitos plantados en la línea de separación entre ambos ejércitos.

Terminada la contienda bélica participó en la histórica Convención partidaria de 1938, siendo uno de los protagonistas principales de la unidad del Partido, que permitió llevar como presidente del Directorio unificado al Dr. Juan León Mallorquín.

En enero de 1950 integró el gabinete del presidente Federico Chávez como Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones. En la Convención de junio de 1952 fue electo Vice Pte. 3º de la Junta de Gobierno, y en diciembre de ese mismo año ocupó el cargo de Ministro del Interior.

Lamentablemente algunos dirigentes partidarios no pudieron sustraerse al espíritu anarquizante que caracterizó a los gobiernos liberales. A fines de 1953 lograron influenciar en el anciano presidente para efectuar cambios en la estructura del gobierno con el objetivo de desplazar a algunas figuras políticas y militares gravitantes. En efecto, algunos de ellos fueron destituidos de sus cargos en tanto que otros marcharon al exilio o confinados en algún pueblo del interior. Esta “conspiración desde el palacio de gobierno” alcanzó al propio don Tomás, siendo cesado como Ministro del Interior el 8 de enero de 1954, al igual que el Ministro de Hacienda Dr. Guillermo Enciso Velloso, y el señor Epifanio Méndez Fleitas, presidente del Banco Central del Paraguay. Empero, la Junta de Gobierno lo designó como presidente de la misma al mes siguiente, hecho que habría de ser vital para el futuro del Partido y del país.

Como es de todos conocidos, en la noche del 3 de mayo de ese año se inició la crisis militar que tuvo de inmediato su derivación en el campo político. Esa noche el TCnel. Néstor Ferreira, Comandante de la DC1 dispuso el arresto del Mayor Virgilio Candia, Comandante del RC3 “Cnel. Mongelós”. La medida lo adoptó sin autorización previa de su Comandante en Jefe el General Alfredo Stroessner, a quien tampoco comunicó su decisión. Esta actitud provocó la grave crisis militar y política que es por toda conocida. Baste recordar que en la noche del 4 de mayo efectivos de la DC1 se desplazaron desde Campo Grande para atacar las unidades de la capital leales al Comandante en Jefe. Se produjo un enfrentamiento armado con tropas del RI14 “Cerro Corá” al mando del entonces Mayor Inf. Máximo Zaracho, que estableció su línea de defensa sobre la Avda. España, frente al hoy Colegio Americano. Al producirse algunas bajas entre los efectivos de la DC1, éstos se retiraron hasta la ex Casilla 4 (sobre la actual Avda. Aviadores del Chaco).

Al conocer de este enfrentamiento el Arq. Romero Pereira se contacta telefónicamente con el Mayor Cab. Geraldino Godoy, a la sazón Comandante accidental de la DC1. Luego de varios minutos logra persuadirle al Jefe militar para que decline la orden de avance de las tropas bajo su mando, a fin de buscar una solución política a la crisis. La iniciativa del Arq. Romero Pereira fue oportuna y eficaz. Cuando más tarde se entrevistó con su compueblano el general Stroessner, éste le manifestó que la crisis militar estaba ya resuelta, y que dejaba en sus manos como Presidente de su partido lograr la solución de la crisis política.

La Junta de Gobierno solicitó al presidente Chávez su renuncia, la que fue elevada a la alta autoridad partidaria y aceptada de inmediato. Como es de conocimiento, el Arq. Romero Pereira asumió como Presidente Provisional, convocando a elecciones presidenciales para el mes de julio siguiente. De este modo se conjuró la situación de vicisitud de aquellas horas inciertas para el futuro del Partido. El 15 de agosto de 1954 entregó el mando presidencial al candidato electo del Partido Colorado el general Alfredo Stroessner. Y seguidamente, prestó juramento como Ministro del Interior. Dos años después pasó a ejercer el cargo de Ministro sin Cartera, que fue creado con el objetivo de mantener la relación armónica entre el Poder Ejecutivo y el Partido de gobierno.

Durante su gestión al frente del Partido se inauguró el Edificio del diario “Patria”. Igualmente impulsó la construcción de la Casa de los Colorados, que fue inaugurada el 27 de octubre de 1957. Pero su mejor legado para el Coloradismo, a más de su providencial protagonismo en la gesta del 4 de mayo, habría de ser la unidad colorada ratificada en un solemne acto realizado el 27 de octubre de 1955. En la histórica jornada, en medio de las aclamaciones de los ilustres republicanos que acudieron al llamado de su presidente, la Junta de Gobierno resolvió. 1º) Proclamar la reintegración total de la familia colorada; 2º) Cancelar las medidas disciplinarias que por motivos políticos pesan sobre correligionarios con cargo de dar cuenta a la Convención. Desde entonces pasó a la historia como “El Arquitecto de la Unidad Colorada”. En la Convención efectuada al 4 de marzo de 1956 fue electo nuevamente como presidente del Partido, cargo que lo habría de ejercer sin interrupción hasta el año 1964, y como presidente honorario hasta el día de su fallecimiento.

En 1967 se constituyó la Convención Nacional Constituyente con representantes de los cuatro partidos existentes en aquella época, siendo electo presidente por unanimidad de los ciudadanos convencionales. Le correspondió una labor descollante en la conducción de las deliberaciones que concluyeron con la sanción de la Constitución más democrática hasta entonces.

El 15 de agosto de 1968 fue nombrado nuevamente Ministro sin Cartera, que lo ejerció hasta el 14 de agosto de 1982, día de su paso a la inmortalidad, a la edad de 96 años. Ese mismo día el Presidente Alfredo Stroessner decretó duelo nacional por ocho días, y en la inhumación de sus restos mortales donde acudimos a despedirle miles de ciudadanos, además de parientes y amigos personales, se le rindieron los honores de Presidente de la Republica. En la aquella ocasión el Dr. Juan Ramón Chávez, entre otros conceptos, expresó: “Guiado siempre por la doctrina del Partido Colorado, le cupo dirigir la política nacional en 1954, en momentos grávidos para el país. Ejerció la presidencia de la república, desde donde despertó la admiración de propios y extraños, y fue timón certero que condujo la nave de la república al puerto seguro que ha hecho posible una vez más la decisión del pueblo paraguayo y especialmente del pueblo colorado para elegir en comicios libres como presidente constitucional al general Alfredo Stroessner”.

A su vez, el Dr. Luis María Argaña señaló: “La paradigmática vida de don Tomás servirá de norte y brújula a muchas generaciones”. Las palabras del malogrado Vicepresidente de la República resultaron proféticas. Para los colorados de mi generación, don Tomás es un verdadero paradigma de hombre leal y nacionalista.

Finalmente, considero un deber y un honor proponer a las autoridades partidarias y amigos presentes impulsar ante las autoridades nacionales la idea para que, en un futuro no lejano, los restos mortales del Arq. Tomás Romero Pereira descansen en el Panteón Nacional de los Héroes al lado de los arquetipos de la patria. Muchas gracias.

Alocución del Cnel (R) Dr. ANDRES HUMBERTO ZARACHO, leída en el almuerzo organizado por el Instituto Nacional de Acción Republicana (INARE) y El Colorado, órgano digital dirigido por el Dr. Osvaldo Bergonzi, el día 4 de mayo de 2012.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: