Por Osvaldo Bergonzi
El propio Filizola dijo que su gestión no ira más allá de una prevención. Tal campana de alerta complaciente otorgó a los asesinos y secuestradores arco libre. Lo incomprensible es que los afectados por los secuestros se queden cruzados de brazos. Estas cosas permiten al pueblo a obrar conforme a la seguridad de sus seres queridos.
A una jueza que pretendió liberar a los Paiva le llenaron de huevos podridos su residencia. A Carlos Filizola, ¿que le tirarán? Este personaje, hijo de Francisco Filizola, enriquecidos con Stroessner jamás recuerda a su progenitor pero bien que se quedó con la herencia.
El pueblo paraguayo está harto de los Carlos filizola, hipócritas que hoy afirman una cosa y más tarde se contradicen como en el caso de la enmienda para la reelección presidencial. Propició falsificaciones con su nombre y a nadie se le ocurrió acusarlo. Hoy día, con el secuestro de una joven, bajo el amparo de Filizola, parece que todos estamos paralizados.
Un obispo recientemente reconoció que los asesinos secuestradores se formaron en nuestros seminarios. Y a nadie se le ocurre denunciar estas cosas. Así como se presentan los acontecimientos el terror se va ir apoderando de la población. Ya no se trata de del gobierno de Stroessner sino de un nuevo sistema para meter miedo, el de los socialistas del siglo 21.
Pero como se trata de la izquierda, nuestros periodistas hacen la vista gorda. Si Stroessner mataba estaba mal. Pero si la izquierda secuestra y mata está bien.