Por Zacarías Pane
Dos personajes persisten en su empleo a pesar de haber sufrido en carne propia los efectos de tales tácticas. Uno es Oviedo y el otro Nicanor. El primero se jactaba de poner como velas a la gente. Y ahí su resultado, tres disputados cansados del CHAQUE abandonaron a este líder que parecía haber cambiado de actitud. Pero que ahora nuevamente le aflora de lo más profundo su real carácter. Por lo visto se trata de esas personas cuyo lema consiste : CONTRA EL MUNDO SI EL MUNDO SE OPONE.
Duarte Frutos por su lado no se curó aun de los hechos sucedidos el 20 de abril de 2008 que llevaron a la ANR a la llanura. El electorado paraguayo votó contra él y no contra Blanca Ovelar. Pero el personaje persiste y exige el choque, el insulto y la confrontación violenta. Eso exige como presupuesto para apoyar al señor Zacarías Irun, dirigente que procura evitar un enfrentamiento entre colorados dado que sabe cuales serán las consecuencias.
Para colmo de males Duarte Frutos exige el ingreso de Hugo Chávez al Mercosur, una persona que no respeta la libertad de expresión en su país. Sus desmanes no concuerdan con clausulas previstas en el tratado para garantizar la libertad de prensa.
Tanto Nicanor como Oviedo se encargan de desmonetizarse por sus propias acciones. Durante las internas coloradas municipales se vieron los resultados, cero voto para el sector de Nicanor, no en una, sino en muchas mesas electorales. Por su parte Oviedo recibió el obsequio colorado ingresando 9 senadores, cosa que ya no se repetirá pues tan solo fue un accidente político.
Eso si, ambos personajes tienen en comun una cosa, saben hacerse odiar. Encontraron la fórmula para repeler a la gente. Y tal cosa se verá en las próximas elecciones tanto internas como nacionales.
Nde. Qué caraduras son: La llamás «Cervecita» a una ministra y después decís que los insultos están perimidos. Japoína
González: ¿No sabes acaso que es su apodo? Que de malo hay además que le guste tomar cervecita. A quien no le gusta, especialmente en las siestas calurosas. Que malo hay en eso. ¿Qué insulto electoral es llamarla por su apodo?