BERNARDINO CABALLERO REGRESA A SU PATRIA


Extracto del segundo libro inéditoBERNARDINO CABALLERO, EL AUTENTICO”. “EL POLÍTICO Y EL ESTADISTA” de nuestro director.

Corre mediados de octubre de 1870. La ciudad de Río de Janeiro va perdiéndose a la vista de los febriles viajeros paraguayos que regresan a su patria en tanto el vapor “SAN JOSÉ” con sus bodegas bien cargadas de carbón apura velas y calderas. Cuando cesa el viento quedan las calderas. Pero cuando ambas funcionan suben los nudos. El oleaje marino que otrora los perturbara con tantos tumbos y cabriolas de mástiles traídos y llevados por los caprichos de ráfagas irreverentes ahora los tienen sin cuidado pues la expectativa es tanta que esos nimios detalles más bien pronostican un pronto arribo al puerto de Nuestra Señora de la Asunción. Sueños y esperanzas se entrecruzan con negros nubarrones dado que las noticias del Paraguay no son nada alentadoras. El mismo personaje que ahora gobierna, Cirilo Antonio Rivarola, fue quien en su calidad de triunviro pidió al Brasil la ida de los viajeros. Absurdo jamás visto en el mundo. Nunca se adquiere calidad de prisionero de guerra luego de la finalización de una contienda bélica. En el caso que nos ocupa el 1 de marzo de 1870 marca la fecha que puso punto final a la guerra contra la Triple Alianza. Ese día a las 11 de la mañana con el asesinato alevoso del mariscal Francisco Solano López, espada en mano, defendiéndose hasta exhalar su último aliento con la palabra PATRIA en sus labios provocó la repulsa del mundo como en su momento lo hizo la noticia de la existencia del tratado secreto para hacer desaparecer de la faz de la tierra al Paraguay. Pero a la vez, tales sucesos garantizarán para siempre nuestra independencia. El itinerario por la libertad se inicia el 15 de mayo de 1811 y concluye el 1 de marzo de 1870. El país ha sido destruido. Solo 5.000 hombres quedan relamiéndose sus heridas y preguntándose quizá, cómo fue posible sobrevivir. De la estimación del Coronel Du Craty de 700.000 habitantes, solo 180.000 mujeres niños y ancianos permanecieron en pie. Si tomamos en cuenta el censo realizado por Félix de Azara a fines del siglo XVIII y admitiendo una duplicación cada 30 años por crecimiento vegetativo la cifra se aproxima notablemente. (No hubo censo al finalizar la guerra pero son estos los valores estimados por diversos escritores.) Ha quedado atrás la Isla de Santa Catalina donde el buque cargó carbón para proseguir su marcha hacia el próximo puerto, la ciudad de Montevideo. La corta espera sirvió para estirar las piernas luego de la andanza por un mar bravío. Por esas latitudes sucumbieron numerosos bergantines españoles y portugueses. Entre ellos uno de la expedición de Juan Díaz de Solís (1523) que llevaba a bordo a un marino de nombre, Alejo García, descubridor por tierra del Paraguay y parte del Brasil y la Argentina. Los viajeros quedaron cuatro días en el puerto de Santa Catalina, desde el 15 de octubre al 19 del mismo mes de 1870. Además de un alto funcionario de la administración del Mariscal López y dos jefes del ejército, viajan igualmente 300 individuos de tropa tomados prisioneros durante la guerra. (Escritos Históricos. José Falcón, diario de viaje de los prisioneros de guerra.) En Montevideo aguarda ansioso el ex cónsul paraguayo durante el gobierno de Francisco Solano López, Juan José Brizuela, hasta que se declaró la guerra. Es el mismo que lo acompañara al futuro Mariscal en su famoso viaje en 1853 rumbo al viejo mundo en aquella notable embajada extraordinaria de oropel como ningún otro país sudamericano realizara hasta entonces. Es cuñado por el casamiento de una de sus hermanas con uno de los viajeros, capitán José Falcón, notable hombre de Estado de los dos López. Fue canciller del primero y ministro del segundo hasta el final de la guerra. Organizador del Archivo Nacional y gran conocedor de nuestros derechos territoriales. Fue Fiscal de sangre en los famosos juicios iniciados en San Fernando y finalizados en Lomas Valentinas. Un caso curioso el de él, fue admirado y respetado por uno de sus procesados. (Jorge Masterman. Siete años de Aventuras en el Paraguay.) Llegó hasta Cerro Corá ya viudo junto a su jefe. Allí cayó muerto uno de sus hijos, de la misma edad que Juan Francisco López Linch. Ahora lleva un diario de viaje desde su salida brusca de Asunción en mayo de 1870.

En el vapor “SAN JOSÉ” existe un ambiente muy distendido. No viaja Juan Crisóstomo Centurión pues sus condiscípulos ingleses pidieron por él al Forein Office para que regresara a Inglaterra bajo cuenta de ellos a tratarse sus delicadas heridas sufridas en los maxilares durante el breve combate del 1 de marzo de 1870 en Cerro Corá. Se hallan abordo solamente, el Comandante Palacios, Bernardino Caballero y José Falcón. El coronel Silvestre Aveiro, el de igual clase, Juan Crisóstomo Centurión, coronel Silvestre Carmona, el capellán mayor de tercera clase, padre Fidel Maíz, los Tenientes Coroneles Silvero y Palacios, el Mayor Lara y el Teniente Maíz quedaron en Río de Janeiro. De los 9 viajeros originales salvo el caso de Centurión ya referido, y Resquín, como se verá, solo tres regresan en el “SAN JOSÉ” además de la tropa. (Anotación aclaratoria del 16 de octubre de 1870. José Falcón. Obra citada.) Fidel Maíz, también fiscal de sangre al igual que Falcón tendrá muchos trastornos dado que el tribunal a su cargo sentenció a muerte al Obispo diocesano del Paraguay, Manuel Antonio Palacios. Pero llama la atención que no se encuentre abordo, Francisco Isidoro Resquín, cuya famosa tabla de sangre de los ajusticiados, llevada día a día, cayó en poder de los aliados en Ita Ybaté. Resquín logró esquivar la prisión mediante su colaboración con el entonces triunviro Cirilo Rivarola. La excusa se produjo en Humaitá de donde partieron los “prisioneros”. Se lee en el diario de Falcón, anotación del 14 de mayo de 1870. Se recibe una orden superior que “Agregó que debía quedar únicamente el General Resquín, para marchar en otra ocasión a causa de la indisposición que sufría él y una hija suya virulenta recién convaleciente.” (José Falcón, obra citada.) La tal nueva ocasión nunca se produjo. Esta constituye la prueba que el Brasil no reclamó la prisión de los viajeros sino el propio gobierno provisorio de Asunción quizá temeroso por la alta calidad intelectual y militar de los que se negaron a colaborar con él y para más ligados con López.

José María de Silva Paranhos, Barón de Río Branco, hombre de Estado del Imperio que le resolvió muchos problemas al emperador Pedro II desde la guerra contra Manuel de Rosas, es otro de los que viaja con ellos, muy satisfecho por haber hecho buenas migas con su nuevo amigo, Bernardino Caballero, general de división del ejército paraguayo y hombre fiel hasta el final con su gobierno. Es evidente que el Brasil desea acercarse a los leales y no a los llamados legionarios que lucharon contra su patria. Esos han sido solamente sus cómplices a quienes se los puede comprar por dinero, en cambio, los hombres patriotas que defendieron su país en la guerra, se supone que lo serán igualmente en los tiempos de paz. Los diarios del mundo lo citan a Caballero. Y en la sociedad carioca cayó muy bien y fue muy respetado. La propia prensa brasilera se puso de su lado. Consideró injusto su cautiverio por haber culminado la guerra. Tuvo varias entrevistas con el emperador quien pudo comprobar que se hallaba frente a un hombre de palabra. La paz, supuso el soberano, se podrá construir con tal clase de caudillo, querido y respetado por sus compatriotas, y no con quienes, a más de desconocidos por su prolongada ausencia del país, son repudiados por el pueblo paraguayo que los vieron pelear contra su patria. Durante su estadía en Río de Janeiro alternó con lo mejor de la sociedad carioca llevado de la mano de José María de Silva Paranhos con quien no solo compartió reuniones de salón sino otra clase de francachelas. Siempre se murmuró que Caballero dejó descendencia en el Brasil. Una figura apuesta y varonil como él despierta admiración en el sexo opuesto. Más se parecía a un inglés o a un alemán. (Ver Bernardino Caballero, El Auténtico, El Soldado, Libro Primero, de este autor.) Así, pronto se halló rodeado de un grupo de amigos que lo llenaron de atenciones. Caballero era la clase de hombres para ingresar a la masonería por derecho propio como en su momento lo fue José de San Martín y tantos otros líderes sudamericanos. En el siglo XIX esta extraña organización enfrentada con la Santa Sede dominaba el mundo. De este modo, nuestro personaje ingresa a la orden con un alto rango. (Ver Bernardino Caballero, El Gran Iniciado. Saúl Zaputovich 2005) La documentación – del citado autor – impresa en forma facsimilar es irrefutable. Fue su padrino José María de Silva Paranhos, Barón de Río Branco. Al propio tiempo la masonería le abonaba su sueldo de general de división. De manera que tales emolumentos los recibió de sus “hermanos masones” y no del gobierno brasilero como muchos suponían. Ya no quedan más dudas. El viaje prosigue. Se avista el puerto de Montevideo. El buque atraca en la rada. Y aquí se confirma lo antedicho. Para entonces Caballero ostentaba otro rango respecto de sus compañeros de viaje. “Después de cuatro días de permanencia en la ciudad, hoy a las once me embarqué nuevamente para seguir viaje a Asunción, debiendo pasar por Buenos Aires. “El Ministro Paranhos queda en Montevideo con su familia. También quedan el General Caballero y el Mayor Godoy, para ir con el señor Paranhos”(Anotación del 26 de octubre de 1870. José Falcón, obra citada.)

8 Responses to BERNARDINO CABALLERO REGRESA A SU PATRIA

  1. Rocio Granada dice:

    ¿Cuando se publicará el tan anunciado libro de Bernardino Caballero, el político y el estadista?

  2. osvaldobergonzi dice:

    Rocio:
    El extenso volumen está casi terminado. Pero falta el copiado en computadora de las numerosas citas de documentos. El primer tomo «EL GUERRERO» está casi agotado. Quedan 45 ejemplares que se venden en librerías. Con las ventas de mis libros se financia EL COLORADO.
    Pero ahora debo contratar gente para el tipeado señalado así como correctores de galera para limpiar errores materiales, trabajo muy minucioso y cansador que yo no lo puedo hacer por falta de tiempo. Además, la impresión cuesta muchos millones por su volumen. De manera que, mi apreciada Rocio, no puedo decirte cuando saldrá a la luz. Por eso decidimos publicar extractos. Mis saludos muy cordiales por tu preocupación de colorada de verdad y no de boca para afuera como algunos.
    PD: Esperemos que tu inquietud despierte el interés de afiliados que dismponen de recursos para ayudarnos a publucar el segundo libro de BERNARDINO CABALLERO, EL AUTENTICO.

    • Rocio Granada dice:

      Pero ya hubo un almuerzo para contribución y otros apoyos. será que la presidenta de la ANR no puede completar y se le devuelve con la venta de los libros. despues de todo ella debería ser la primera interesanda y hasta debería declarar de Interes Partidario a través de una resolución.

  3. JOSE ANTONIO POZZO dice:

    Respetado Correlígionario: Muchas gracias por toda su investigación y sus libros. Acortan las orejas!!!!

  4. Apreciado Dr. Bergonzi:
    Que extraordinario relato sobre el General Bernardino Caballero es este extracto de su segundo libro. Su esmerada pluma tiene la cadencia y claridad de Honore de Balzac y de Stendhal. Da gusto leer este relato de su proximo libro, lleva al lector de la mano para decirle la verdad de los acontecimientos historicos. Es una obra valiente, la suya, pues no teme de nombrar por sus nombres a quienes lucharon contra su patria, el Paraguay, a los antiguos emigrados que declararon al Mariscal Lopez como «‘asesino de su patria y enemigo del genero humano»‘. Cirilo Antonio Rivarola formo parte del triunvirato que firmo este decreto. Lamentablemente, esta historia del gobierno provisional constituido el 15 de agosto de 1869, se la oculta. Mientras se libraba la batalla de Piribebuy, los antiguos emigrados se reunian para denigrar a nuestros combatientes. Por mucho tiempo los nombres de Jose Gaspar de Francia, Carlos Antonio Lopez y Francisco Solano Lopez fueron mala palabra. Le felicito Dr. Bergonzi por relatar la verdad historica. Las nuevas generaciones de jovenes, de este bicentenario, deben leer este proximo libro de su autoria. Un abrazo. GABRIEL CHASE

  5. osvaldobergonzi dice:

    A José Antonio Pozzo, Gabriel y Rocío:
    A los dos primero muchas gracías por la palabras de estímulo. A Rocio: Cierto se hizo un almuerzo. Con la recaudación pusimos al día a nuestros colaboradores rentados. La Junta de Gobierno siempre adquiere libros, pero 100 ejemplares por título. Quizá ahora el doble. Pero en este caso, por la emvergadura de la investigación, se nos hace cuesta arriba la publicación por los motivos ya apuntados.
    No ostante, apreciada amiga, tus palabras tuvieron eco. Algunos amigos me llamaron. Por lo menos a preguntarme cuanto necesito. De manera que hay más esperanza que el 11 de septiembre publiquemos de una buena vez. Entre tanto mis colaboradores extraen pasajes del extenso libro. Los numerosos lectores nos dicen que hay interés en los jóvenes de conocer en detalles la vida de nuestro fundador. EL CENTAURO, por su parte, estará haciendo fuerzas desde el más allá para ayudarnos. Seguiremos informando. Saludos muy cariñosos a todos

    • Dr. Bergonzi:
      Esta obra suya sobre el General Canballero, trasciende lo estrictamente partidario del Partido Colorado y se proyecta al campo nacional. Caballero es un hombre, politico y estadista, no ya exclusivo del partido Colorado, sino de toda la nacion paraguaya. Yo analizo la historia con el criterio de Ciceron. Sin la historia, los pueblos se atrasan y los hombres se envilecen, pues para construir el futuro hay que conocer el pasado. Yo se que seguramente nadie me escuchara, pero esta obra sobre el general Caballero deberia ser financiada por la Secretaria del Bicentenario, ya que se tiene muchos fondos para ello, y se esta gastando para muchas cosas muy superfluas y vanidosas. Caballero esta mas alla del Partido Colorado, es un hombre que pertenece al Paraguay, por encima de los partidos y de las miserias humanas. Yo creo que habra algun amigo que piense como nosotros. Un cordial saludo. GABRIEL CHASE

  6. Dr. Bergonzi:
    El General Caballero es una figura que trasciende del Partido Colorado y se proyecta al escenario nacional. Con este sentido, la secretaria ejecutiva del Bicentenario hubiera tomado esta obra para su publicacion, ya que se tendria los fondos para ello. Es el momento de proyectar al General Caballero como arquetipo del politico, no ideal, del hombre dinamico, vibrante y patriota. Por eso me atrevo a expresarle que siga adelante Dr. Bergonzi. Un abrazo. GABRIEL CHASE

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