Por Fausto Peña
Fernando Lugo oficia de marioneta y hace campaña por la alianza en tanto su hermano Pompeyo insta a estrechar filas con los colorados. Los otros hermanos vuelan a veces en uno otro sentido con lo cual se convirtieron en la nueva familia ADAMS del Paraguay.
En tanto Federico Franco, que siempre habla de frente y sin dobleces declara públicamente que es imposible entenderse con Lugo. Procuró hasta el cansancio y no logró. En verdad hasta hoy Federico no entendió que su interlocutor es uno más entre los ADAMS, en cambio él tiene una familia organizada y con los tornillos en su lugar.
Pero el peligro no constituyen las ocurrencias de los ADAMS sino que detrás del tinglado un personaje con propósitos bien definidos mueve a los muñecos en el escenario. A cada tanto acumula funciones, es decir, más poder. No se trata de un Julio Cesar enfrentado a la república de Cicerón porque eso sería un chiste de mal gusto. Hasta tanto no llega su valía. Pero se trata de un personaje con deseos de acumular poder por medio de decretos firmados por su muñeco ADAMS.
Miguel López Perito es el poder detrás del poder. Y nadie lo puede frenar. Sin haber obtenido un miserable voto les moja la oreja a cada momento a quienes osan enfrentarlo. Los ADAMS favorecen su accionar debido a que a cada momento confunden a la opinión pública y así él puede manejar los hilos con mayor libertad.
EL COLORADO 