CUÁNDO SE CONOCERÁ AL ADVERSARIO DE SAMANIEGO


Por Cándido Silva

A menos de 30 días de la celebración de las elecciones municipales, la ciudadanía no colorada de la capital del país todavía no sabe con certeza quién o quiénes son los candidatos a intendentes que se opondrán al representante de la ANR el domingo 7 de noviembre.

Ocurre que los semi o cuasi oficialistas liberales y los íntegramente situacionistas del Frente Guasu (mejunje de minúsculas agrupaciones de izquierda), aterrados por un caudal electoral mayoritario que, para colmo de males de los no colorados, se acrecienta al galope, optaron por matrimoniarse con los opositores de Patria Querida, presuntuosa entidad partidaria que a la sazón también se debate en el pánico político por idéntica razón que sus circunstanciales socios de aventura.

Estos timoratos derrochan el ya escaso, y por ende, precioso tiempo de la etapa pre-comicial articulando mecanismos para consensuar un postulante único que lidere una coalición pororó, en lugar de salir a las calles y visitar las casas ofertando a transeúntes y vecinos la imagen de candidatos plenamente consolidados, y no la sonriente figura de aspirantes que en cuestión de días, incluso de horas, declinen su postulación en beneficio de un compadre supuestamente mejor perfilado.

Anuncian que dentro de una semana tendremos al flamante candidato a jefe comunal del innominado entrevero, el cual surgirá de la “voluntad popular capitalina”, si voluntad popular capitalina podemos llamar al 10 o 15 por ciento del padrón asunceno, que el domingo 17 venidero resolverá a desgano si apoya a Franklin Boccia, del PLRA, o ensaya un guiño de aprobación a Miguel Carrizosa, del PPQ.

Ah, tampoco debemos descartar que la función circense que recrea y a la par sumerge en la perplejidad al colectivo de la otrora aldea fundada por Juan de Salazar, se prolongue por algunos días más, dado que no sería nada insólito que tienten a los del UNACE a ensamblarse al “carro de la democracia”, aunque en este hipotético caso, los oviedistas se acoplarán en calidad de convidados de piedra, pues ya no habrá tiempo para una enésima consulta a la ya fastidiada población de la madre de ciudades.

Pero no. Seamos objetivos con los coterráneos adversarios políticos. Si los cerebrales conductores de la miscelánea añil/guasú/terruño amado deciden, en genial movida, incluir a los ciudadanos éticos en tan inspirado experimento, tendrán aún disponibles dos domingos de octubre en curso, el 24 y el 31, para sondear la preferencia de los, para entonces, mortificados descendientes del cacique cará cará.

Arriesgando un optimista vaticinio, podríamos tener al definitivo rival de Arnaldo Samaniego, a romper, para fines del décimo mes del año, restándole al antagonista del candidato republicano nada menos que cuatro largos días para exponer a los habitantes de la principal urbe paraguaya la plataforma electoral de la caja de Pandora.

Que falta de respeto y consideración hacia los fraternos compatriotas afiliados a aquellos Partidos políticos cuyas autoridades, espantados ante el poder de convocatoria de una entidad opositora, desprecian olímpicamente el voto de sus respectivos correligionarios, defraudando desaprensivamente la confianza depositada en las urnas, en una suerte de despotismo encubierto que vulnera el íntimo sentir de millares de inermes prosélitos.

O tal vez este columnista esté errado de cenit a nadir en sus elucubraciones y el verdadero móvil del oficialismo del momento sea emplear estos comicios comunales como roedor de laboratorio, un entrenamiento científico de cara al 2013, donde se jugará el destino de la Nación para el futuro lustro constitucional.

Mientras tanto, el intendentable colorado suma y sigue. El afán a rajatabla de construir alianzas electorales para intentar derrotar a Samaniego, es fiel reflejo de una candidatura cabalmente afianzada y robustecida por un Partido cohesionado en torno a las metas de la hora, hecho visible y trascendente que atrae la simpatía de la franja comunitaria independiente, sector ciudadano bastante crítico que tiende a favorecer con el sufragio activo a aquellos candidatos de vigorosa estampa producto del respaldo unánime de la trinidad política: Partido/Dirigencia/Pueblo.

No obstante, formulamos nuestro franco anhelo de que todas las asociaciones y movimientos partidarios locales crezcan al amparo de sus propias ideologías y programas, que compitan vistiendo la casaca que los identifica, con las mujeres y hombres que integran sus respetables familias políticas, sin acudir a componendas extrañas a los sublimes ideales de sus próceres y seguidores.

En política, como en el deporte o cualquier otra contienda cívica, se gana y se pierde. Mas lo primordial es batallar democráticamente con las herramientas características, pregonando la doctrina y las convicciones de las cartas fundacionales, con afiliados y adherentes en compacta unidad. Ganar o perder es cuestión aleatoria. Lo esencial es conservar intacta la línea de pensamiento, emancipada por entero de laureles y reveses circunstanciales.-

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