En este número reeditamos las dos notas editoriales abogando por Fidel Zavala. Les advertimos, a ustedes los raptores, muchas cosas que luego sucedieron y siguen sucediendo. Se percataron. Nadie desea convertirse en blanco de tiro. Los médicos huyen del departamento de Concepción y San Pedro. El servicio de salud a los pobres pronto va a cesar y algunos pueden morir si no acceden a una cirugía. Una empresaria del norte nos anuncia que las transacciones comerciales van camino barranca a pique. Bien sabemos que eso provocará despidos por disminución de personal o hasta cierre de negocios. Señores, no se percataron todavía que se están haciendo odiar por aquellos que supuestamente desean liberar.
Los departamentos de Concepción y San Pedro de continuar esta incertidumbre pueden convertirse en ciudades fantasmas. Nadie se siente seguro, más aún cuando se escuchan las canciones guerrilleras de melodías bonitas pero con mensajes macabros cargados de odio y rencor que nos anuncian muerte y desolación. Se difunden por medio de radios comunitarias cuyas licencias fueron otorgadas por la CONATEL para cumplir otros fines.
Nos preguntamos muchos. ¿Están ustedes en su sano juicio? No lo decimos en forma peyorativa sino para indicarles que quizá sin proponérselo van a convertir una zona del país en un volcán en erupción como intentó hacerlo el Che Guevara en Bolivia hasta que la propia población colaboró para su exterminio, cansada de vivir en zozobra. Sí en aquella ocasión, los pobres le delataron a su héroe, los pobres serán los que indicarán a las fuerza del orden donde se encuentran ustedes. Ya lo anunciaron algunos conforme leímos en las últimas noticias.
Ustedes causan más perjuicios que bonanza. ¿Acaso no es cierto? Cómo entonces se van a ganar la adhesión de la gente ocasionándoles trastornos. ¿Qué tierras pueden ustedes repartir si no pueden otorgar títulos de propiedad?
Por otra parte, están contribuyendo notablemente para que el presidente Fernando Lugo sea destituido de su cargo. De persistir ustedes en continuar con sus planes les pronosticamos que pronto un nuevo gobierno hará cumplir la CN y las leyes y enviará a las fuerzas armadas de la nación para restablecer el orden y la tranquilidad en San Pedro y Concepción. Suponemos que esas acciones ocasionarán muertes de una y otra parte. La desproporción de armamentos volcará finalmente la balanza y ustedes pasarán a mejor vida o irán a prisión.
No crean ustedes que son originales. Nada nuevo existe bajo el sol. Allá por el año 1944 apareció un grupo armado así como ustedes, con idénticos propósitos de asaltar y matar a los ricos para darles a los pobres. Dos hijos de Itapua fueron sus líderes. Por eso se los apodó LA BANDA VIGO.
En un momento dado dominaron mucho territorio. La población se alarmó. El gobierno envió al ministro del interior a Villarrica para dirigir el operativo. Desde allí ordenaba las acciones. Pronto los integrantes de la banda comenzaron a morir o a caer prisioneros. Las fuerzas lo fueron remangando hasta el río Paraná. En el camino los mataron a varios en tanto que uno de los hermanos Vigo acompañado de un resto, consiguió trasponer el río. ¿Saben quienes le proporcionaron al ministro los lugares por donde operaban los hermanos Vigo? Los mismos que lo delataron al Che Guevara, los pobres. ¿Saben las razones del porqué lo hicieron? – Vivimos en zozobra, señor, y no podemos soportar más, le dijeron. El paraguayo es conservador por naturaleza, desea vivir en paz. Si no creen lo reseñado vayan a bibliotecas a informarse de estas cosas
De manera que le agregamos más razones para que liberen al ganadero concepcionero Fidel Zavala. Háganlo ya si no quieren que les suceda lo que les sucedió a todos aquellos que creen que con la violencia se puede restablecer la paz social. No sean quijotes, cambien de rubro y lean el portal que aparece al final de esta nota que fue editorial de nuestro número anterior.