Una página que rescata hechos y personajes de la historia tanto de nuestro país como de otros. En algunos casos reflejan folklóricas nostalgias pero a la vez nos señalan interesantes novedades que pueden servir de ejemplo para corregir conductas. Proseguimos con el último capítulo del libro inédito de nuestro director titulado LOS HEREDEROS DE LA ESPADA. Proseguimos con los genocidas del Paraguay, Gastón de Orleáns, a lo cual se agrega el evangelio del domingo 27 de septiembre.
Gastón de Orleans (continuación)
El príncipe está furioso. Ahora sabrán de lo que es capaz de hacer. Amenaza. Pide refuerzos y más refuerzos al extremo que tanta masa de tropa choca una contra otra, en tanto el Mariscal se maneja con poco más de 10.000 efectivos en su mayoría ancianos y niños. Se halla al pie de la cordillera de Altos mientras en su flanco izquierdo (derecho del enemigo) ha fortificado la ciudad de Piribebuy, en tanto de su lado derecho no, pues le parece imposible la escalada por Altos. El futuro vizconde de Río Branco, Silva Parahnos, convertido en niñero por orden Pedro II, lo calma con mucha persuasión a Gastón como se puede apreciar de la correspondencia entre ambos. Los demás jefes, salvo Mena Barreto, lo desprecian pero aceptan sus órdenes pues Parahnos se halla detrás de ellas, en consulta con el General Cámara y los demás jefes. Los mismos idean una tenaza. Un cuerpo irá por la derecha y otro por la izquierda mientras una fuerza de 7.000 hombres avanzará al frente. Así, con gran esfuerzo logran trepar las sierras. Las dos tenazas encerrarán a López en un Bolsón a la altura de Barrero Grande imposible de escapar. Se inicia la campaña de la cordillera. Muy pocos argentinos y uruguayos participan, y el coronel Hipólito Coronado desapareció del escenario pues no se lo encuentra más en la documentación.
El general Francisco Isidoro Resquín le advierte a López de la intención de la maniobra del enemigo pero éste no cree tanta audacia en la alianza, acostumbrado como se halla de ver desde casi un lustro como los días se suceden sin que se muevan salvo las matanzas organizadas últimamente contra gente indemne como quedó apuntado. (Resquín, Memorias. Obra citada.)
Pero sus cálculos fallan. Esta vez logran ascender por ambos flancos mientras le presionan en su frente de Azcurra. Al verificar con sus espías que por su lado derecho (izquierdo del enemigo) el general Emilio Mitre irrumpe por el pueblo de Altos, se decide por evacuar su cuartel no sin antes abonarle sus haberes a los operarios ingleses que trabajan por turno las 24 horas para reparar cañones y armas a la vez que le encomienda al farmacéutico italiano Domingo Parodi el cuidado de los enfermos tras abonarle igualmente sus sueldos pendientes más una suma para comprar los alimentos requeridos por el hospital. El 8 de agosto de 1869 abandona su cuartel para escapar de la tenaza en ciernes. Los brasileros llegan a Piribebuy el 12 de agosto. El 13 de ese mes cae la plaza defendida por niños, ancianos y hasta por mujeres. En esta fecha participa el sexo femenino con un arrojo descrito por el propio enemigo. Aquello fue algo que hasta hoy queda en el recuerdo de los vecinos de esa ciudad, una vorágine de sangre y fuego desencadenada por primera vez contra una población civil pues Piribebuy entonces es la tercera capital del Paraguay luego de la evacuación de Asunción y Luque. Pero sucede un hecho fuera del libreto del príncipe. Su “amigo” Juan Manuel cae herido de un certero disparo. La bala toca una arteria y en menos de dos horas fallece desangrado en el campo. Ha sabido cumplir con su deber de soldado. Con él sucede lo del aforismo chino que nos indica que más tarde o más temprano las víctimas ven pasar el cadáver de sus enemigos. Y así sucedió cuando sus hombres lo alzaron en una camilla. Los prisioneros rendidos lo vieron pasar a quien mandó matar, robar y violar sin piedad a gente indefensa. Gastón al enterarse sufre un ataque de paranoia. Sus ojos desorbitados se llenan de lágrimas pues su “querido” general ha muerto. Veamos algunos relatos de los hechos de esta batalla.
“Durante el combate, el general Mena Barreto, amante del conde D’Eu, había sido muerto de un certero disparo efectuado por el cabo Gervasio León. Este hecho encolerizó al príncipe de la casa de Orleáns, al punto que una vez tomada Piribebuy ordenó el degüello de todos los prisioneros “Inermes cautivos, en su mayor parte, esqueléticos muchachos” y la quema del hospital, con todos los heridos, mujeres enfermeras, niños y médicos adentro. Los aliados se apoderaron del Archivo Nacional, de los caudales públicos y saquearon todo cuanto encontraron de valor”. (Historiadora María Eugenia Garay. Artículo publicado en ABC Color.)
Un publicista de nacionalidad brasilera se encarga de escarbar los datos de esta carnicería escribiendo un corto libro pero muy ilustrativo sobre el tema.
“El sangriento Conde de D’Eu vengó las pérdidas sufridas mandando degollar al comandante Caballero, al mayor Mariano López y a numerosos prisioneros y heridos. Y para completar su horrenda barbarie, mandó incendiar el Hospital de Sangre “manteniendo en su interior los enfermos – en su mayoría jóvenes y niños. El hospital en llamas quedó cercado por las tropas brasilera que, cumpliendo las órdenes de ese loco príncipe, empujaban a punta de bayoneta adentro de las llamas los enfermos que milagrosamente intentaban salir del la fogata. No se conoce en la historia de América del Sur por lo menos, ningún crimen de guerra más hediondo que ese” (Juan José Chiavenato. Genocidio Americano. La guerra del Paraguay.)
El autor lo califica de “loco príncipe” sin agregar que sus hechos estaban respaldados por el emperador y el gobierno del Brasil. No se trata de una cosa aislada sino de algo bien premeditado. Es común en la literatura brasilera que se saque el fardo del genocidio culpando a un extranjero. En este caso, quizá, la reacción incontrolada como lo expresa la historiadora, obedece más a sus relaciones íntimas con el fallecido. En esta clase de crímenes es frecuente leer en la prensa homicidios con 20 cuchilladas o disparos. La policía, al ocurrir un hecho de estas características siempre clasifica como provocado por homosexuales. En Piribebuy la venganza se desató contra niños, mujeres, enfermos y ancianos a más del degüello de numerosos jefes y oficiales. López, enterado del desastre, se halla cabalgando de prisa dado que la tenaza avanza y está a punto de cerrar el bolsón. Pero como el príncipe que comanda las tropas de la alianza no ordena girar a la izquierda para encontrarse con las tropas de Emilio Mitre en Barrero Grande, entretenido con el pomposo funeral organizado por él con tiros de salvas y discursos a favor de su “querido general”, le otorga al Mariscal las 24 horas precisas para escapar. En la retaguardia de éste marcha Bernardino Caballero con su división de niños, ancianos y 1.500 hombres sanos. Al arribar a Barrero Grande López se dirige a Caraguatay en tanto el enemigo le pisa los talones. Caballero ya no puede evitar el combate y los espera en los campos de Acosta Ñu. Veamos que nos dice Chiavenato, el autor brasilero, respecto de los niños y demás detalles:
“Durante la batalla, despavoridos, se agarraban a las piernas de los soldados brasileros, llorando que no los matasen. Y eran degollados en el acto. Escondidas en la selva próxima, las madres observaban el desarrollo de la lucha. No pocas agarraron lanzas y llegaban a comandar un grupo de niños en la resistencia”……. “Después de la insólita batalla de Acosta Nú, cuando estaba terminada, al caer la tarde, las madres de los niños paraguayos salían de la selva para rescatar los cadáveres de sus hijos y socorrer los pocos sobrevivientes, el Conde D´Eu mandó incendiar la maleza, matando quemados a los niños y sus madres.” Su orden era matar «hasta el feto del vientre de la mujer».
El príncipe encolerizado por la muerte de su “querido general” abre las compuertas de la maldad más extrema que un ser humano pueda llevar dentro. López por un pelo escapa del cerco. Caballero con unos pocos logra salir del campo de batalla por un arroyo boscoso. A partir de este hecho de armas, Silva Parahnos, se percata de la reacción argentina. A ninguno les gustó lo que escucharon. Ellos pelean lealmente, no asesinan en forma masiva a niños inocentes, a pesar que su presidente, Domingo Faustino Sarmiento, alienta el genocidio como se verá. Lo cierto es que a Gastón – su niñera Parahnos – lo interna sucesivamente en Villa del Rosario y Concepción. Los horrores ya han salido a luz en la prensa internacional, particularmente en la Francia de Napoleón III, el mismo que destronara a Luís Felipe, el abuelo de Gastón. El monarca francés en las recepciones de palacio se detiene siempre a hablar por varios minutos con el encargado de negocios del Paraguay, capitán Gregorio Benítes, a quien le pregunta constantemente noticias de la guerra. En cambio, el ministro residente brasilero, de mayor rango que Benítes en cuanto a representación, es saludado muy a la ligera al solo efecto de cumplir con el protocolo. El paraguayo le informa al emperador de las andadas del nieto de Luís Felipe en su país en tanto Napoleón III no puede ni escuchar el nombre de una familia tan cuestionada por los Bonaparte. Alaba la lucha del Paraguay. – Qué gran defensa, le dice en más de una oportunidad. El ministro brasilero observa la escena avergonzado pues sus pares se dan cuenta de las preferencias del emperador. Igual cosa sucede en Washington. Allí el ministro residente brasilero le pide al secretario de estado – Fish – que haga salir de la sala al joven Emiliano López, por no estar acreditado éste ante el gobierno de Ulyses S. Grant. Al escuchar esto, la esposa del secretario de Estado, lo toma del brazo a Emiliano. – Este joven es mi invitado, exclama delante del brasilero, y se lo lleva al histórico Salón Este de la Casa Blanca. Emiliano, el primogénito del Mariscal, fue esmeradamente educado en París. Constituye en la capital americana toda una novedad en 1869. La prensa se ocupa de él casi todos los días, de su estancia en esa capital, de sus entrevistas con el presidente, de sus visitas al capitolio y de la defensa que hace de su padre. Así se gana el corazón del pueblo americano. En la recepción se le acercan ministros y senadores. El contesta a las preguntas en un fluido francés lo cual sorprende a los invitados. (Gregorio Benítes. Memorias diplomáticas.)
En cambio en el Paraguay, poco favor le hace al Brasil las andanzas de Gastón de Orleáns. Por eso ocultan toda la correspondencia de esta época. Por eso Parahnos y Cotegipe se empeñan en regresarlo al Mariscal Osorio nombrado conde de Herval, y lo logran, con lo cual la tropa queda más calmada. Pero el viejo soldado apenas puede sostenerse dado que sus heridas siguen expulsando esquirlas. La inflamación le causa una permanente fiebre y poco después se retira del escenario. Entonces se lo nombra jefe de hecho al General Correa de Cámara para terminar con López como sucederá el 1 de marzo de 1870, pero a costa de grandes sacrificios al extremo que la tropa aliada sufre hambre por momentos debido al alargamiento de sus líneas de aprovisionamiento. Ya no es necesario matar más pues el ganado existente casi desapareció de modo que los paraguayos que restan morirán de inanición salvo unos pocos que serán socorridos por familias piadosas que aún cuentan con escasas provisiones de supervivencia. .
Entre tanto Gastón quiere regresar en forma triunfal al Brasil pero su suegro no se lo permite hasta tanto López no desaparezca del Paraguay. Existe un gobierno provisorio capaz de firmar cualquier cesión territorial pero no puede concretarse porque el gobierno legítimo de López es reconocido por las naciones. Esta es la triste historia del príncipe Gastón de Orleáns, genocida al igual que su suegro el emperador Pedro II del Brasil. La acusación criminal queda hecha.
EVANGELIO DEL DOMINGO 27 DE SEPTIEMBRE
Juan dijo a Jesús:»Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros». Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les de de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para tí ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos al infierno, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para tí ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies al infierno. Y si tu ojo es para tí ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga». Palabra del Señor
Muy bueno como siempre.
Selecciona el nombre de tu recien nacido. Muchos padres lo tienen claro, pero otros aún no se han decidido. ¿Les hace falta recomendacion o la oportunidad de ver y identificar otros nombres para su bebe?